¡Qué mejor que un martes para empezar con buen pie
este mes de Julio!. El verano suele ser para la gran mayoría una de las mejores
estaciones del año, sobre todo para los más pequeños ya que dan comienzo a sus
deseadas vacaciones de verano. No obstante, para que nos vamos a engañar, el
verano es también una época de preocupación para aquellos padres que no saben
cómo planificarse para mantener a sus hijos ocupados y entretenidos.
Hay quienes aun piensan que estos meses son una
gran “perdición” desde el punto de vista educativo, ya que se corre el peligro
de perder los buenos hábitos/rutinas adquiridas durante la época escolar. Personalmente,
pienso que tanto niños como adolescentes pueden disfrutar del verano y a su
vez aprender muchísimas otras cosas más
allá de los aprendizajes curriculares. En
especial, con el centro de interés de esta semana quiero demostrar como el verano puede resultar una perfecta
época para el desarrollo integral de nuestros pequeños.
Una primera opción a valorar son los conocidos Centros de Esplai o escuelas de verano.
Durante los últimos años estos centros han sido el gran reclamo de muchas
familias, las cuales ven en éstos una alternativa para no dejar a sus hijos
solos en casa mientras ellos han de trabajar. Sí que es verdad que esta es una
de las ventajas de estos Esplais, pero también me gustaría mostrar el gran
atractivo que éstos presentan y que no debemos obviar. Para comenzar, estos
centros ofrecen diferentes servicios socioeducativos y culturales que tienen
como principal objetivo el favorecer el desarrollo personal de niños y
adolescentes. Además, en estos centros los más pequeños comienzan a descubrir
sus intereses y habilidades a través de la realización de diferentes juegos, no
solo lúdicos sino también educativos. Otro aspecto positivo de estos centros es
la gran oportunidad que presentan a niños y adolescentes para la socialización
con sus iguales, así pues aquí aprenden a trabajar en equipo, a compartir
materiales, a cooperar para el éxito de una actividad y a tomar decisiones para
el bien del grupo. Tampoco me gustaría pasar por alto las posibilidades que
estas escuelas de verano ofrecen para fomentar la creatividad infantil a partir
de talleres y dinámicas, donde los pequeños han de poner en práctica todos sus
recursos y saberes. Por esta razón, pienso que estos centros o escuelas representan
una forma inteligente de aprovechar el tiempo libre.
El verano también es un buen momento para que los
niños comiencen a participar en las tareas
del hogar y aprendan de la importancia de colaborar en casa. Este tema creo
que es una cuestión que preocupa a muchas familias ya que muestran su enfado ante
la pasividad de sus hijos hacia las tareas del hogar. Pues bien, creo que esta
actitud adoptada por los pequeños de la casa puede verse modificada con ciertos
cambios introducidos por los padres. Para comenzar, hemos de ser conscientes
que cuanto más tarde introduzcamos estos cambios más difícil será conseguir un
cambio de actitud, por ello hemos de intentar que desde bien pequeños aprendan
el sentido de responsabilidad. Un primer cambio fundamental seria la manera de
presentar la tarea a desarrollar, ya que el efecto no será el mismo si ésta es
presentada como una orden o castigo (¡Ordena tu habitación o no verás la
televisión!, o per el contrario como una
necesidad de colaboración (Por favor, ordena tu habitación que entre todos
hemos de intentar dejar la casa bien). Lo que puede parecer un simple cambio en
la manera de expresar un mismo cometido la predisposición a la acción puede
incrementarse. De esta manera, si los padres buscan la colaboración de sus
hijos es importante que éstos sean conscientes de su contribución pudiéndose
sentir orgullosos de ellos mismos. Además, como ya todos sabemos en general las
tareas del hogar no suelen ser del agrado ni de niños ni adolescentes, por esta
razón los padres han de esforzarse por intentar introducir en la realización de
la tarea elementos que los motiven, y a su vez acompañarlos y aconsejarlos
durante su desarrollo.
Y no me gustaría acabar el artículo sin hacer
alusión a los temidos “deberes de
verano”, ya que estoy segura que no podéis olvidaros de aquellos
cuadernillos infinitos que atormentaban nuestros maravillosos días de verano. Pues
bien, sin querer extenderme demasiado en esta cuestión voy a poner de
manifiesto mi opinión. Personalmente, no soy partidaria de los “deberes de
verano” y la razón es porque creo que existen otras opciones mucho más
provechosas y motivadoras para que los niños aprendan durante el verano,
dejando por un tiempo la típica metodología tradicional académica. ¿Realmente
no pensáis que vuestros hijos aprenden también poniendo en práctica aquello que
han adquirido en la escuela y no únicamente mediante la realización de
ejercicios mecánicos?. Así pues, no dudéis en compartir con vuestros pequeños
excursiones al museo, al zoo, al mercado a comprar ya que estas experiencias
pueden resultar más beneficiosas para ellos de lo que podríamos pensar.
Despido el centro de interés de este martes deseándoos
un verano de lo más divertido lleno de infinitas oportunidades educativas.
Saida