martes, 28 de octubre de 2014

Necesitamos directivos líderes del cambio organizacional

La semana pasada os presenté los cuatros principales estadios en los que se puede encontrar una organización y os comenté de la importancia de alcanzar niveles altos de desarrollo organizativo. No obstante, quiero comenzar el artículo de hoy enfatizando que no por el hecho de que una organización se encuentre en el cuarto estadio implica que ésta funcione bien ni mejor que otras. Concretamente, una organización en función de sus características propias y de sus metas y objetivos decidirá qué estadio es el más óptimo y deseable. Por lo tanto, una buena organización primero analizará sus variables condicionantes para seguidamente trabajar para situarse en un correcto nivel de desarrollo.

Una vez explicado lo anterior, paso a presentaros cuál es el centro de interés de éste último martes del mes. Como habéis podido ir comprobando llevo semanas escribiendo acerca de cuestiones relacionadas con las organizaciones, por eso creo que ha llegado el momento de detenernos en la figura que representa el máximo poder de éstas. Así pues, en el artículo de hoy pretendo que reflexionemos sobre el papel de la dirección, concretamente sobre su actuación a la hora de guiar y liderar procesos de cambio para la mejora organizativa.

Muchas organizaciones fracasan en el intento de querer desarrollar un programa de cambio, y una de las razones de este fracaso puede venir explicada por una inadecuada e ineficiente gestión del mismo programa. Por ello, un primer requisito para garantizar el total éxito del cambio es contar con el compromiso y la participación de la dirección. A pesar de necesitar de la implicación de todos los profesionales de la organización que pueden actuar como dinamizadores del cambio, también se requiere de la figura del agente de cambio como profesional que promueva y dirija el proceso. Especialmente, el directivo como principal referente institucional ha de disponer de esta capacidad desempeñando un eficaz liderazgo que posibilite la implementación del cambio deseado.

Entrando un poco más en detalle, hemos de saber que un buen agente de cambio es aquel que lleva a cabo un liderazgo global, es decir, busca la calidad en toda la organización y por ello adopta una perspectiva de trabajo integral e integradora. Además, aquí la dirección no se limitará a gestionar la organización sino que la “liderará” ya que establecerá claramente la orientación del cambio, implicando y coordinando a todos los profesionales de la organización. De esta manera, la organización se caracteriza por la existencia de una cultura de liderazgo y por la presencia de un líder transformacional, el cual dispone de visión de futuro anticipándose a posibles problemas y estimulando intelectualmente a sus trabajadores despertando en éstos un atractivo hacia su liderazgo.  También, podríamos hacer alusión a la capacidad de actuar, analizar y aprender de la práctica que caracteriza a una dirección como agente de cambio. Así pues, en este caso la figura del directivo/líder no únicamente distribuye las tareas para llevar a cabo el cambio, sino que se implica directamente en la propia acción analizando los efectos de ésta. Por lo tanto, podemos llegar a decir que el grado de compromiso de la dirección con el cambio es muy elevado ya que forma parte de un proyecto colectivo para la mejora organizativa.

No quiero acabar el artículo sin exponer la idea que sustenta todo lo comentado anteriormente. Si buscamos cambios internos en la organización necesitamos de directivos que ejerzan un liderazgo desde su interior, impulsando, facilitando, gestionando y coordinando el proceso de transformación. Por este motivo, además de ser profesionales con capacitación técnica han de disponer de una actitud positiva y un compromiso con toda la organización. Para acabar, también destacar que la actuación del agente de cambio se potenciará si existen condiciones adecuadas como podrían ser disponer de una cultura que concibe el cambio como positivo, si se dan estrategias de comunicación y motivación, y a su vez si existe toda una planificación de posibles resistencias al cambio.


Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos(J. Donoso Cortes)
Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el éxito (H. Ford)

Saida

martes, 21 de octubre de 2014

Los estadios de desarrollo organizacional: Un compromiso con la calidad

El martes pasado escribí acerca de la importancia de compartir saberes con el objetivo de crear conocimientos colectivos, por eso hoy voy a predicar con lo que dije. Además, hace unas semanas comuniqué que este año había empezado el Máster en Investigación en Educación y que tenía la intención de poder compartiros todo lo aprendido. Así que este martes voy a dedicar el artículo a escribiros las ideas y reflexiones que extraje de una pasada clase.

Para presentar el centro de interés de hoy os formulo la siguiente pregunta: ¿Pensáis que entre las organizaciones educativas, escuelas, hay diferencias?, o por el contrario ¿Todas presentan un mismo currículum y organización?. Como podéis ver este martes ocupan nuestro interés las organizaciones educativas, y con ellas analizaremos sus particularidades.

Está claro que nadie duda del valor educativo que deberían poseer nuestros centros escolares, y por tanto todos tienen una misma finalidad, acercar la educación a la ciudadanía.  Además, todos disponen de elementos comunes que hacen posible el cumplimiento de dicha finalidad, pero con esto no quiero decir que todos se comporten e intervengan da igual manera. Tradicionalmente, las Administraciones se encargaban de transmitir a las organizaciones educativas las decisiones relativas al qué, cómo y cuándo aprender y evaluar, y esto tenía como resultado escuelas dependientes y uniformes. Dichas escuelas se limitaban a ser simples reproductoras del sistema garantizando el cumplimiento de la normativa.

Actualmente, a diferencia de lo anterior, la existencia de procesos de descentralización administrativa y política ha conllevado la descentralización educativa lo que a su vez ha comportado niveles más altos de autonomía escolar. Este nuevo panorama educativo ha supuesto la existencia de escuelas bajo modelos autónomos, traduciéndose todo esto en una gran diversidad de organizaciones educativas donde cada unas de éstas dispone de su propia historia institucional, presenta una acción directiva particular,  una determinada organización, etc. Por lo tanto, el desarrollo de la autonomía ha consagrado y enriquecido el panorama organizativo.


Vamos a continuación a conocer los diferentes estadios organizativos en los que se puede encontrar una organización, entendiendo estos estadios como la graduación de niveles de desarrollo organizativo. En un primer estadio encontramos a las Organizaciones como soporte que se limitan a facilitar o no el desarrollo de Programas, concretamente el rol de la organización es secundario tanto que podríamos prescindir de ella. Es decir, en este estadio la organización es simplemente el marco donde se desarrolla el Programa ya que proporciona espacios, tiempos, recursos humanos yotros elementos para alcanzar la normativa. En un segundo estadio, Organización como agente de la intervención, las instituciones adoptan un rol activo en el Proyecto de Centro a partir de una consciencia colectiva y de actuaciones que van más allá del trabajo en el aula. En este estadio la organización es imprescindible porque funciona como instrumento dotado de valor educativo. Si continuamos avanzando, en un tercer estadio están las Organizaciones que aprenden las cuales se encargan de desarrollar la capacidad de sus miembros para conseguir a su vez el desarrollo de las mismas. Además, estas organizaciones educativas llevan a cabo procesos de autoevaluación con el fin de identificar problemas y actuar sobre ellos. Y ya en el último estadio de desarrollo encontramos las Organizaciones que generan conocimiento ya que todo lo aprendido en éstas es compartido con el objetivo de socializar el conocimiento. Por lo tanto, la clave de estas instituciones es trabajar en red realizando procesos de conocimiento colectivo. 




La realidad de las organizaciones educativas españolas es preocupante ya que estudios demuestran que el 80% de nuestras escuelas están situadas en el primer estadio, y lo que es peor muchas de ellas son organizaciones con mal soporte (falta de recursos, escasa formación del profesorado, etc.). Ante este escenario las organizaciones educativas tienen el desafío de realizar cambios en sus estructuras y sistemas de funcionamiento mediante planteamientos cooperativos, con el fin último de ir avanzando de estadio de acuerdo a los condicionantes de su contexto mediato.

¡Hasta el próximo martes!
Saida

martes, 14 de octubre de 2014

La construcción del conocimiento (2)

El martes pasado estuve escribiendo acerca del proceso de construcción del conocimiento y sobre el papel del sistema educativo a la hora de estimular la creación de nuevos conocimientos. Pues bien, hoy vamos a avanzar en la cuestión ya que nuestro centro de interés esta vez será la fase posterior a la generación de conocimiento. Concretamente, en el artículo de este martes trataremos de resolver cuestiones tales como ¿Qué hacemos con el conocimiento creado? o, ¿Cómo podemos transmitir el conocimiento?.

Recapitulando del artículo pasado, estamos ante una sociedad caracterizada por el fenómeno de la sobreinformación que da lugar a una realidad cada vez más compleja y en constante cambio. En el actual contexto el conocimiento se ha convertido en un bien de gran valor estratégico por lo que es una necesidad el buscar formas de crear, gestionar, controlar y poseer dicho conocimiento.

Cuando creamos conocimiento estamos ante un proceso individual ya que si recordamos entran en juego valores personales y la propia experiencia al interpretar la información para convertirla en conocimiento. Concretamente, a partir de este proceso estamos generando conocimiento implícito también conocido como capital personal. No obstante, debemos tener presente que la actual realidad requiere de respuestas colectivas, es decir, se precisa de toda una complementariedad de saberes que posibiliten la creación de conocimiento explicito. Ahora nos podríamos plantear ¿Qué hemos de hacer para pasar de un conocimiento a otro?, pues bien a continuación trataré de dar respuesta a este interrogante.

Cada uno de nosotros dispone de conocimientos implícitos personales que debemos de saber identificar con el objetivo de compartirlos mediante un proceso de externalización. A partir de este proceso de intercambio de saberes estaremos trasladándonos de la esfera individual a la colectiva dando lugar a la creación de nuevo conocimiento, el conocimiento explicito. Sin embargo, si queremos que este nuevo conocimiento adquiera valor necesitamos hacerlo nuestro a través de un proceso de interiorización. Precisamente, todo este proceso de tratamiento del conocimiento nos permite la socialización del conocimiento individual para acabar con la apropiación del conocimiento colectivo.

La finalidad última del anterior proceso no es otra que añadir más valor al conocimiento creando de nuevo para así estar preparados para las complejas demandas del entorno. Pero no podemos obviar que para garantizar el éxito del proceso es clave la interrelación de personas y la capacidad y el compromiso de éstas para gestionar y sistematizar el conocimiento.


Para acabar, comentar que la creación de conocimiento colectivo adquiere especial relevancia en las organizaciones ya que las permite generar ventaja competitiva mediante el desarrollo organizativo y el profesional. Por eso, la creación y gestión del conocimiento (CGC) se ha convertido en una estrategia para el aprendizaje organizativo.  



¡Compartir conocimiento con vuestro círculo y crear de nuevo!

Saida

martes, 7 de octubre de 2014

La construcción del conocimiento

Para presentar el centro de interés de este martes comienzo formulando una serie de interrogantes: ¿Qué entendemos por conocimiento?, ¿Cuál es la diferencia entre información y conocimiento? y ¿De qué manera construimos conocimiento?. Pues bien, mi objetivo con el artículo de hoy es poder dar respuestas a estos interrogantes a la vez que reflexionamos sobre el papel de la educación respecto a la construcción de conocimiento.

En la actualidad nos encontramos ante el fenómeno de la sobreinformación, concretamente este fenómeno está siendo para determinados colectivos de la sociedad señal de alerta y preocupación. La realidad de esta sobreinformación es el acceso libre y rápido a una gran variedad de información, y esto no debería de ser a simple vista un problema. No obstante, la preocupación puede aparecer si no se hace un uso correcto de la información e incluso si se cree que ésta puede suplementar al conocimiento.

En los diferentes contextos sociales podemos identificar multitud de datos, los cuales son útiles para caracterizar las realidades, y a su vez son unívocos para toda la sociedad. Además, estos datos los podemos organizar hasta convertirlos en información, susceptible de ser convertida en significado. Os presento un ejemplo que demuestra como un dato organizado y contextualizado aporta una información objetiva: “El gasto español público total en educación (% del PIB)  en el año 2010 era de un 5%”. Ahora bien, si queremos dotar de valor esta información primero será necesario compartirla y justo será en este proceso de transferencia donde cada individuo realizará una interpretación diferente a partir de una misma información. Esto es debido a que entran en juego e interfieren los valores personales y la experiencia acumulada de cada persona a la hora de analizar e interpretar una información. Por lo tanto, este último proceso de interpretación es el que nos permite convertir una mera información en conocimiento.

Una vez explicado esto nos planteamos ¿Cuál es pues el papel de la educación respecto a lo anterior?. A mi modo de pensar la educación debería de facilitar y estimular la construcción de conocimientos. Para determinadas personas el fenómeno de la sobreinformación puede llegar a reducir el papel del sistema educativo. En mi caso opino todo lo contrario, ante una sociedad con un boom informativo se hace aún más relevante la necesidad de un sistema educativo que ayude a sus individuos a construir conocimiento. Por tanto, las dos principales ideas que he querido transmitir con este centro de interés son por un lado, que la información no es conocimiento y por otro lado, que los profesionales de la educación han de ser el estímulo para la construcción de conocimiento.

A continuación, os quiero presentar un gráfico que muestra de manera más visual el proceso de construcción del conocimiento. 



Continuará…

Saida