martes, 16 de diciembre de 2014

La Práctica Reflexiva: la suma de la experiencia y la reflexión

Antes de presentar el centro de interés de este martes me gustaría comunicaros que este mes de diciembre se me ha presentado un poco ajetreado, y por ello la razón por la que la semana pasada no pude publicar. Como ya sabéis, para mí tener este blog representa mucho y por ello intento esforzarme cada martes en compartir mi opinión con todos vosotros. Para ser sincera mi idea de tener un blog no es “obligarme” a cumplir semanalmente, por ello prefiero escribir nuevas entradas siempre y cuando haya tenido el tiempo para hacerlo y pueda garantizar que lo que publique sea el resultado de destinar mi dedicación a ello. Una vez expresado esto, he de decir que el centro de interés de este martes será el último antes de despedir el año, así que no se haga más de esperar.

La semana pasada acudió a una sesión del máster que realizo la Dra. Àngels Domingo, experta en “Practica Reflexiva”, concepto que hasta el momento no tenía muy familiarizado. Por esta razón al pensar que para muchos de vosotros es también un término desconocido he decidido dedicar esta entrada a escribir sobre éste. Para aproximarnos a la Práctica Reflexiva podríamos definirla como una metodología que busca el desarrollo profesional de los docentes a partir de la mejora de sus competencias reflexivas. Por lo tanto, sabemos que estamos ante una manera de trabajar del profesorado que pretende fomentar su reflexión con el fin de incrementar el éxito en su área de actuación. Ahora bien, nos podríamos plantea: ¿Qué tiene de novedosa esta metodología? Y ¿De qué manera se lleva a cabo esta metodología?. A continuación, voy a intentar dar respuesta a estos interrogantes.

Hoy en día nadie duda de que los docentes a la hora de resolver posibles problemas profesionales hagan uso de sus conocimientos y experiencias, pero quizás si se pone en cuestión si de igual manera ponen en práctica su capacidad reflexiva. Concretamente, esta metodología podría aplicarse en dos niveles. Primeramente, nos referimos a un nivel individual cuando es el mismo profesional que tiene el problema el que realiza el proceso reflexivo. Es decir, en este primer nivel el problema sería abordado desde una cultura docente individual formada por ideas, creencias, experiencias, teorías, conocimientos implícitos, etc. Pero si además este mismo problema pasa a ser considerado por todo un grupo de profesionales estaríamos ante un nivel grupal. Así pues, lo que realmente se pretende con esta metodología es enriquecer el proceso reflexivo mediante la suma y la diversidad de reflexiones individuales, consiguiendo a su vez que entre todos lleguen a la resolución del conflicto.

Otro de los aspectos que convierten la Práctica Reflexiva en una metodología atrayente para los centros educativos es que permite que el propio profesorado aprenda de su propia experiencia. No obstante, para que la experiencia sea fuente de nuevo conocimiento se precisa a posteriori de un proceso reflexivo metódico, sistemático e intencional. Además, quiero destacar que lo que puede parecer una simple metodología puede favorecer la construcción de una cultura docente cooperativa. Es más, si la práctica reflexiva acaba instalándose en el día a día del centro educativo estarán creando a partir de hechos concretos una propia manera de actuar y de comportarse ante un futuro e idéntico hecho. También, es importante saber que para llevar a cabo con éxito este proceso se precisa de la figura de un profesional capacitado para conducir y guiar a los docentes a la resolución del conflicto.


Para acabar con el centro de interés de este martes, os presento un gráfico que muestra el proceso de esta metodología también conocida como método R5.


No quisiera despedirme sin antes desearos felices fiestas y animaros a aprovechar la entrada de un nuevo año para marcaros nuevas metas por las que luchar.

Hasta pronto…

Saida

martes, 2 de diciembre de 2014

Las reuniones entre profesorado: Construyendo un vínculo

¡Vuelvo otro martes más! Siento mi ausencia la semana pasada pero por motivos personales no pude publicar nueva entrada. Vamos a empezar este mes de diciembre con un centro de interés que personalmente concentra toda mi atención, sobre todo en la época en la que nos encontramos de finalización de un primer periodo escolar: Las reuniones entre profesorado.

Estoy convencida que la mayoría de vosotros habéis oído hablar de estas reuniones, pero pocos conocen la verdadera significación de éstas. Por eso, voy a dedicar este martes no únicamente a caracterizarlas sino a exponer los efectos que pueden generar en la dinámica del centro escolar y de las propias aulas.

En líneas generales podríamos definir las reuniones entre el equipo docente como aquellas que permiten el encuentro de todos los profesores de un centro educativo con el fin de sumar sus esfuerzos y conseguir un determinado objetivo. Ésta no es una “definición de manual” ni mucho menos, simplemente nos permite entrever su singularidad. No obstante, a mi modo de pensar no todo encuentro entre el profesorado merece ser catalogado como reunión, ya que aquí destacaría una idea clave; las reuniones están orientadas a la consecución de metas organizacionales. De esta manera, obviamos de la definición todos aquellos agrupamientos fortuitos sin planificación previa que no persiguen el desarrollo del centro.  

Personalmente existen determinados momentos que requieren la convocatoria de una reunión de profesorado y esos serian al inicio y al final de los periodos- trimestres escolares. Concretamente, las reuniones iniciales tienen un carácter de diagnóstico ya que buscan conocer la situación actual para seguidamente a partir de las opiniones del equipo llegar a acuerdos para marcar objetivos de actuación. En cambio, las reuniones finales, como sería el caso en este momento, disponen de un carácter evaluativo ya que se recuerdan los objetivos de actuación para determinar si se están logrando y si así fuera necesario tomar las medidas oportunas.

Todo centro educativo que quiera realizar reuniones productivas ha de saber que no basta con llegar a acuerdos en éstas, sino que posteriormente se necesita del trabajo en equipo para consolidar el éxito de las actuaciones. Además, estas reuniones no tendrían sentido en su práctica si no se permite la participación de todos y cada uno de sus integrantes, pero para ello puede ser clave la figura de un moderador que garantice la efectividad de los debates en la reunión.




Doy por acabado el centro de interés de hoy, pero quiero decir que aunque el presente tema pueda parecer que escasee de relevancia detrás de estas reuniones hay mucho por descubrir y mejorar.

Saida


martes, 18 de noviembre de 2014

¿Y después de la ESO qué?

El centro de interés del martes pasado fue la transición de Primaria a Secundaria, la cual presente como un momento crítico dentro de la escolaridad y por ello la necesidad de aplicar actuaciones para garantizar una óptima transición entre etapas educativas. Pues bien, hoy quiero presentar otra transición que puede resultar igual o más importante que la anterior.

Estoy segura que muchos de vosotros os habréis formulado la siguiente pregunta: “¿Y después de la ESO qué?”, a la espera quizás de una respuesta “mágica-decisiva” que os ubique en la trayectoria formativa-profesional adecuada. Desde aquí ya os informo que dejéis de creer en esa respuesta que os proporcionará la solución a vuestra preocupación. No es de extrañar que al finalizar la etapa obligatoria comiencen a surgir dudas, multitud de intereses, preocupaciones, inquietudes y un sinfín de aparentes problemas acompañados de un cierto nerviosismo y malestar. Todo lo anterior es comprensible ya que os podéis estar encontrando posiblemente ante una de vuestras primeras grandes decisiones y más si hasta el momento no erais vosotros quiénes determinabais el quehacer posterior.

Hoy como bien he comentado no pretendo presentar ni mucho menos ninguna respuesta al interrogante que guía el presente artículo, pero sí quiero destacar las siguientes consideraciones. Para comenzar, si empezáis a preocuparos de vuestra decisión ya finalizada la ESO no es de esperar que ese nerviosismo acabe convirtiéndose en ansiedad causada por la falta de tiempo. Por ello, animaría a que durante los últimos dos cursos comencéis a informaros de las posibles vías que podéis encontrar en función de vuestros intereses y motivaciones.


No obstante, la situación puede verse complicada si vuestras aspiraciones profesionales no están del todo clarificadas. Durante este período de incertidumbre podemos escuchar comentarios como el siguiente: “Cómo voy a saber qué quiero hacer después si no sé ni qué hay después ni qué es lo que me gusta”. Ante el primer problema de lo qué hay después he de decir que creo que puede explicarse por una cierta pasividad del sujeto en cuestión. Por eso, primeramente ha de quedar claro que la etapa postobligatoria está sujeta a decisiones personales y por este motivo han de ser esas personas quiénes se documenten, llegándose incluso a movilizar para disponer de información suficiente para la toma de decisiones. Respecto al no conocer con precisión los gustos y preferencias profesionales, sin duda haría alusión como acción de gran ayuda a la orientación escolar. De hecho, considero que esta orientación debería de ser una realidad durante toda la etapa obligatoria haciéndose más relevante durante los últimos años de la escolarización obligatoria. Concretamente, es la figura del orientador quién a partir del desarrollo de programas de orientación vocacional ayuda al alumnado a descubrir de manera autónoma tanto sus capacidades y valores como sus motivaciones e intereses profesionales. De esta manera, el alumnado empezará a descubrir qué profesiones encajan mejor con su persona. A su vez, también el orientador/a debe asegurarse que los sujetos conocen las opciones y las profesiones a elegir ya que así los alumnos podrán valorar y analizar para decidir su mejor opción. En este momento, la figura del orientador será de gran ayuda a la hora de diseñar los itinerarios profesionales clarificando todas las fases y pasos que han de seguir para conseguir sus objetivos formativos y laborales. 


La pregunta que yo me haría para acabar con el artículo de hoy seria “¿Cuántos de vosotros tuvisteis la presencia de un orientador/a para ayudaros a tomar una correcta decisión?”.

....

Saida

martes, 11 de noviembre de 2014

La transición de Primaria a Secundaria: Un cambio a considerar

El centro de interés de este martes irá dedicado a la transición de Primaria a Secundaria, ya que considero que puede representarse como un momento crítico para el alumnado. La razón de orientar mi artículo a esta temática viene motivada por la falta de consciencia y de valoración que creo que existe en torno a ésta. Además, la mayoría de nosotros hemos protagonizado este momento y disponemos de experiencia que espero que se vincule con lo que a continuación voy a presentar.

Para analizar la situación enfocaré la mirada hacia el propio centro escolar como responsable en gran parte de esta transición escolar. Un primer objeto de estudio seria el profesorado ya que éste se ve incrementado en la etapa de Secundaria y con ello se redefinen sus roles. Quizás no prestamos la suficiente atención a este hecho pero deberíamos saber que esto puede comportar una cierta desorientación en el alumnado, y más aún si este traspaso conlleva el cambio de centro. También podemos hacer alusión a una práctica que se tiende a realizar en la etapa de Secundaria cuyas consecuencias perjudican al alumnado. En concreto, me estoy refiriéndome a la agrupación del alumnado en función de su rendimiento o ritmos de aprendizaje, comportando la separación y el etiquetaje de éste. De esta manera, cada alumno comienza a tomar consciencia de la situación en la que se encuentra pudiendo dañar la autoestima de los considerados por el profesorado como menos capaces, afectando a su vez en sus niveles de expectativas.

A pesar de no haber realizado un análisis demasiado exhaustivo de esta realidad hemos podido recoger evidencias que demuestran que la transición de Primaria a Secundaria merece ser considerada. Por este motivo, voy a presentar las actuaciones que creo pueden resultar de gran ayuda y por lo tanto reducirían el impacto negativo en el alumnado de esta transición escolar. El primer requisito es garantizar un total y adecuado traspaso de información entre los centros de Primaria y los de Secundaria, en donde a partir de entrevistas regulares se pudieran recoger todos aquellos datos necesarios para facilitar la continuidad del proceso educativo del alumnado. Esta misma medida a priori de la transición la relacionaríamos con las entrevistas de seguimiento a posteriori entre centros, sobre todo para aquellos casos que requieren especial atención (alumnado con NEE, dificultades de aprendizaje, etc.). Otras de las medidas a realizar serían las charlas informativas tanto para las familias como para el alumnado con el objetivo de favorecer el conocimiento del nuevo centro escolar sobre aspectos relacionados con las normas de convivencia, de organización, de funcionamiento o de recursos existentes.


Hasta el momento he hecho referencia a estrategias a realizar antes de la transición escolar, pero también encontramos otras que se llevan a cabo una vez ha tenido lugar dicho momento. La realización de dinámicas de grupo para facilitar el conocimiento dentro del grupo clase puede resultar una buena medida para comenzar a generar un buen clima en el aula. Por otro lado, considero que la aplicación de test que permitan evaluar las necesidades psicopedagógicas, académicas o sociales del alumnado son fundamentales para posteriormente realizar acciones tutoriales con aquellos que más lo necesitan. Y para acabar, otra estrategia a destacar seria el mantener el contacto con las familias a partir de encuentros para informarles y orientales, especialmente cuando el alumnado presenta dificultades de aprendizaje o de adaptación al centro, pudiendo así llegar a compromisos para una mejor colaboración. 



En definitiva, con el artículo de hoy espero que reflexionéis sobre la importancia de promover la implicación de todo el centro escolar para desarrollar actuaciones con el fin de ayudar al recién alumnado a superar posibles inseguridades en su nueva etapa.

Para acabar os plantearía el siguiente interrogante: ¿Qué otras medidas consideráis que pueden favorecer la transición entre etapas educativas?
Reflexionar…

Saida

martes, 4 de noviembre de 2014

Acompañamiento escolar, una propuesta para el éxito educativo

En este primer martes del mes de Noviembre voy a presentaros en especial un Programa que personalmente creo que merece toda nuestra atención. Hoy voy a desviarme un poco de la línea temática sobre la cual llevo semanas escribiendo y me centraré esta vez en el ámbito de la orientación educativa. Particularmente, el Programa al que voy hacer referencia es conocido por “Programa de Acompañamiento” ya que su principal objetivo sería ese mismo, el de guiar y asesorar las trayectorias escolares del alumnado en situación de desventaja socioeducativa. En líneas generales, podríamos afirmar que este Programa está situado en el conjunto de actuaciones dirigidas al éxito escolar.

Este mismo Programa puede realizarse tanto en la etapa de primaria como en la de secundaria obligatoria, pero lo adecuado a mi parecer seria que cumpliera con el principio de prevención y continuidad. Por ello, primero se habría de incidir en la importancia de detectar lo antes posible las primeras manifestaciones de un bajo rendimiento escolar en la etapa de primaria, y así prevenir situaciones de fracaso escolar acumulado. A su vez, una vez detectada dicha situación seria conveniente llevar a cabo un seguimiento y si así fuera necesario prolongar la continuidad del programa en la etapa de secundaria. A la hora de seleccionar a los destinarios del Programa se priorizan a aquellos alumnos que además de presentar necesidades de apoyo educativo también proceden de un entorno social desfavorecido. Por lo tanto, el Programa de Acompañamiento representa una gran contribución para la equidad y la igualdad de oportunidades, pilares básicos de la educación.


La peculiaridad del Programa de Acompañamiento es la presencia de dos modalidades de desarrollo. Por un lado, las actuaciones de apoyo son realizadas por el mismo profesorado que intenta fuera del horario escolar contribuir a la consecución de los aprendizajes no alcanzados en clase. Y por otro lado, modalidad para mí más atrayente, los responsables de acompañar al alumnado son ex- alumnos del centro que pasan a convertirse ahora en monitores. Personalmente, considero que esta última modalidad puede resultar muy positiva por varias razones. Para comenzar, porque al tratarse de antiguos estudiantes de la misma institución disponen de experiencias que pueden conectar con las del alumnado. También, porque la relación entre monitor- alumno comporta una connotación muy diferente a la habitual, profesor- alumno, pudiéndose crear un vínculo que genera en el alumno un sentimiento de identificación con su monitor. Y además, considero que al tratarse de un programa en horario extraescolar la visión que el alumnado puede tener de éste será más positiva y resultará más motivador para el si el programa es guiado por monitores. ¿Opináis igual que yo?, o por el contrario ¿sois partidarios de la modalidad dirigida por el profesorado?. Quizás lo conveniente sería desarrollar una modalidad mixta que pueda enriquecerse de ambas modalidades. 


He querido dar a conocer mediante el artículo de hoy este Programa ya que pienso que puede resultar una buena iniciativa a favor del éxito escolar, sin intención de menospreciar o ignorar a otras. Simplemente, mi propósito de este martes era presentar una propuesta dirigida al alumnado con más dificultades en sus aprendizajes pudiendo señalar los principales aspectos que la hacen más atrayente para la comunidad escolar.

¡Animaros a conocer otras propuestas de esta misma índole!

Saida


martes, 28 de octubre de 2014

Necesitamos directivos líderes del cambio organizacional

La semana pasada os presenté los cuatros principales estadios en los que se puede encontrar una organización y os comenté de la importancia de alcanzar niveles altos de desarrollo organizativo. No obstante, quiero comenzar el artículo de hoy enfatizando que no por el hecho de que una organización se encuentre en el cuarto estadio implica que ésta funcione bien ni mejor que otras. Concretamente, una organización en función de sus características propias y de sus metas y objetivos decidirá qué estadio es el más óptimo y deseable. Por lo tanto, una buena organización primero analizará sus variables condicionantes para seguidamente trabajar para situarse en un correcto nivel de desarrollo.

Una vez explicado lo anterior, paso a presentaros cuál es el centro de interés de éste último martes del mes. Como habéis podido ir comprobando llevo semanas escribiendo acerca de cuestiones relacionadas con las organizaciones, por eso creo que ha llegado el momento de detenernos en la figura que representa el máximo poder de éstas. Así pues, en el artículo de hoy pretendo que reflexionemos sobre el papel de la dirección, concretamente sobre su actuación a la hora de guiar y liderar procesos de cambio para la mejora organizativa.

Muchas organizaciones fracasan en el intento de querer desarrollar un programa de cambio, y una de las razones de este fracaso puede venir explicada por una inadecuada e ineficiente gestión del mismo programa. Por ello, un primer requisito para garantizar el total éxito del cambio es contar con el compromiso y la participación de la dirección. A pesar de necesitar de la implicación de todos los profesionales de la organización que pueden actuar como dinamizadores del cambio, también se requiere de la figura del agente de cambio como profesional que promueva y dirija el proceso. Especialmente, el directivo como principal referente institucional ha de disponer de esta capacidad desempeñando un eficaz liderazgo que posibilite la implementación del cambio deseado.

Entrando un poco más en detalle, hemos de saber que un buen agente de cambio es aquel que lleva a cabo un liderazgo global, es decir, busca la calidad en toda la organización y por ello adopta una perspectiva de trabajo integral e integradora. Además, aquí la dirección no se limitará a gestionar la organización sino que la “liderará” ya que establecerá claramente la orientación del cambio, implicando y coordinando a todos los profesionales de la organización. De esta manera, la organización se caracteriza por la existencia de una cultura de liderazgo y por la presencia de un líder transformacional, el cual dispone de visión de futuro anticipándose a posibles problemas y estimulando intelectualmente a sus trabajadores despertando en éstos un atractivo hacia su liderazgo.  También, podríamos hacer alusión a la capacidad de actuar, analizar y aprender de la práctica que caracteriza a una dirección como agente de cambio. Así pues, en este caso la figura del directivo/líder no únicamente distribuye las tareas para llevar a cabo el cambio, sino que se implica directamente en la propia acción analizando los efectos de ésta. Por lo tanto, podemos llegar a decir que el grado de compromiso de la dirección con el cambio es muy elevado ya que forma parte de un proyecto colectivo para la mejora organizativa.

No quiero acabar el artículo sin exponer la idea que sustenta todo lo comentado anteriormente. Si buscamos cambios internos en la organización necesitamos de directivos que ejerzan un liderazgo desde su interior, impulsando, facilitando, gestionando y coordinando el proceso de transformación. Por este motivo, además de ser profesionales con capacitación técnica han de disponer de una actitud positiva y un compromiso con toda la organización. Para acabar, también destacar que la actuación del agente de cambio se potenciará si existen condiciones adecuadas como podrían ser disponer de una cultura que concibe el cambio como positivo, si se dan estrategias de comunicación y motivación, y a su vez si existe toda una planificación de posibles resistencias al cambio.


Hay que unirse, no para estar juntos, sino para hacer algo juntos(J. Donoso Cortes)
Llegar juntos es el principio. Mantenerse juntos, es el progreso. Trabajar juntos es el éxito (H. Ford)

Saida

martes, 21 de octubre de 2014

Los estadios de desarrollo organizacional: Un compromiso con la calidad

El martes pasado escribí acerca de la importancia de compartir saberes con el objetivo de crear conocimientos colectivos, por eso hoy voy a predicar con lo que dije. Además, hace unas semanas comuniqué que este año había empezado el Máster en Investigación en Educación y que tenía la intención de poder compartiros todo lo aprendido. Así que este martes voy a dedicar el artículo a escribiros las ideas y reflexiones que extraje de una pasada clase.

Para presentar el centro de interés de hoy os formulo la siguiente pregunta: ¿Pensáis que entre las organizaciones educativas, escuelas, hay diferencias?, o por el contrario ¿Todas presentan un mismo currículum y organización?. Como podéis ver este martes ocupan nuestro interés las organizaciones educativas, y con ellas analizaremos sus particularidades.

Está claro que nadie duda del valor educativo que deberían poseer nuestros centros escolares, y por tanto todos tienen una misma finalidad, acercar la educación a la ciudadanía.  Además, todos disponen de elementos comunes que hacen posible el cumplimiento de dicha finalidad, pero con esto no quiero decir que todos se comporten e intervengan da igual manera. Tradicionalmente, las Administraciones se encargaban de transmitir a las organizaciones educativas las decisiones relativas al qué, cómo y cuándo aprender y evaluar, y esto tenía como resultado escuelas dependientes y uniformes. Dichas escuelas se limitaban a ser simples reproductoras del sistema garantizando el cumplimiento de la normativa.

Actualmente, a diferencia de lo anterior, la existencia de procesos de descentralización administrativa y política ha conllevado la descentralización educativa lo que a su vez ha comportado niveles más altos de autonomía escolar. Este nuevo panorama educativo ha supuesto la existencia de escuelas bajo modelos autónomos, traduciéndose todo esto en una gran diversidad de organizaciones educativas donde cada unas de éstas dispone de su propia historia institucional, presenta una acción directiva particular,  una determinada organización, etc. Por lo tanto, el desarrollo de la autonomía ha consagrado y enriquecido el panorama organizativo.


Vamos a continuación a conocer los diferentes estadios organizativos en los que se puede encontrar una organización, entendiendo estos estadios como la graduación de niveles de desarrollo organizativo. En un primer estadio encontramos a las Organizaciones como soporte que se limitan a facilitar o no el desarrollo de Programas, concretamente el rol de la organización es secundario tanto que podríamos prescindir de ella. Es decir, en este estadio la organización es simplemente el marco donde se desarrolla el Programa ya que proporciona espacios, tiempos, recursos humanos yotros elementos para alcanzar la normativa. En un segundo estadio, Organización como agente de la intervención, las instituciones adoptan un rol activo en el Proyecto de Centro a partir de una consciencia colectiva y de actuaciones que van más allá del trabajo en el aula. En este estadio la organización es imprescindible porque funciona como instrumento dotado de valor educativo. Si continuamos avanzando, en un tercer estadio están las Organizaciones que aprenden las cuales se encargan de desarrollar la capacidad de sus miembros para conseguir a su vez el desarrollo de las mismas. Además, estas organizaciones educativas llevan a cabo procesos de autoevaluación con el fin de identificar problemas y actuar sobre ellos. Y ya en el último estadio de desarrollo encontramos las Organizaciones que generan conocimiento ya que todo lo aprendido en éstas es compartido con el objetivo de socializar el conocimiento. Por lo tanto, la clave de estas instituciones es trabajar en red realizando procesos de conocimiento colectivo. 




La realidad de las organizaciones educativas españolas es preocupante ya que estudios demuestran que el 80% de nuestras escuelas están situadas en el primer estadio, y lo que es peor muchas de ellas son organizaciones con mal soporte (falta de recursos, escasa formación del profesorado, etc.). Ante este escenario las organizaciones educativas tienen el desafío de realizar cambios en sus estructuras y sistemas de funcionamiento mediante planteamientos cooperativos, con el fin último de ir avanzando de estadio de acuerdo a los condicionantes de su contexto mediato.

¡Hasta el próximo martes!
Saida

martes, 14 de octubre de 2014

La construcción del conocimiento (2)

El martes pasado estuve escribiendo acerca del proceso de construcción del conocimiento y sobre el papel del sistema educativo a la hora de estimular la creación de nuevos conocimientos. Pues bien, hoy vamos a avanzar en la cuestión ya que nuestro centro de interés esta vez será la fase posterior a la generación de conocimiento. Concretamente, en el artículo de este martes trataremos de resolver cuestiones tales como ¿Qué hacemos con el conocimiento creado? o, ¿Cómo podemos transmitir el conocimiento?.

Recapitulando del artículo pasado, estamos ante una sociedad caracterizada por el fenómeno de la sobreinformación que da lugar a una realidad cada vez más compleja y en constante cambio. En el actual contexto el conocimiento se ha convertido en un bien de gran valor estratégico por lo que es una necesidad el buscar formas de crear, gestionar, controlar y poseer dicho conocimiento.

Cuando creamos conocimiento estamos ante un proceso individual ya que si recordamos entran en juego valores personales y la propia experiencia al interpretar la información para convertirla en conocimiento. Concretamente, a partir de este proceso estamos generando conocimiento implícito también conocido como capital personal. No obstante, debemos tener presente que la actual realidad requiere de respuestas colectivas, es decir, se precisa de toda una complementariedad de saberes que posibiliten la creación de conocimiento explicito. Ahora nos podríamos plantear ¿Qué hemos de hacer para pasar de un conocimiento a otro?, pues bien a continuación trataré de dar respuesta a este interrogante.

Cada uno de nosotros dispone de conocimientos implícitos personales que debemos de saber identificar con el objetivo de compartirlos mediante un proceso de externalización. A partir de este proceso de intercambio de saberes estaremos trasladándonos de la esfera individual a la colectiva dando lugar a la creación de nuevo conocimiento, el conocimiento explicito. Sin embargo, si queremos que este nuevo conocimiento adquiera valor necesitamos hacerlo nuestro a través de un proceso de interiorización. Precisamente, todo este proceso de tratamiento del conocimiento nos permite la socialización del conocimiento individual para acabar con la apropiación del conocimiento colectivo.

La finalidad última del anterior proceso no es otra que añadir más valor al conocimiento creando de nuevo para así estar preparados para las complejas demandas del entorno. Pero no podemos obviar que para garantizar el éxito del proceso es clave la interrelación de personas y la capacidad y el compromiso de éstas para gestionar y sistematizar el conocimiento.


Para acabar, comentar que la creación de conocimiento colectivo adquiere especial relevancia en las organizaciones ya que las permite generar ventaja competitiva mediante el desarrollo organizativo y el profesional. Por eso, la creación y gestión del conocimiento (CGC) se ha convertido en una estrategia para el aprendizaje organizativo.  



¡Compartir conocimiento con vuestro círculo y crear de nuevo!

Saida

martes, 7 de octubre de 2014

La construcción del conocimiento

Para presentar el centro de interés de este martes comienzo formulando una serie de interrogantes: ¿Qué entendemos por conocimiento?, ¿Cuál es la diferencia entre información y conocimiento? y ¿De qué manera construimos conocimiento?. Pues bien, mi objetivo con el artículo de hoy es poder dar respuestas a estos interrogantes a la vez que reflexionamos sobre el papel de la educación respecto a la construcción de conocimiento.

En la actualidad nos encontramos ante el fenómeno de la sobreinformación, concretamente este fenómeno está siendo para determinados colectivos de la sociedad señal de alerta y preocupación. La realidad de esta sobreinformación es el acceso libre y rápido a una gran variedad de información, y esto no debería de ser a simple vista un problema. No obstante, la preocupación puede aparecer si no se hace un uso correcto de la información e incluso si se cree que ésta puede suplementar al conocimiento.

En los diferentes contextos sociales podemos identificar multitud de datos, los cuales son útiles para caracterizar las realidades, y a su vez son unívocos para toda la sociedad. Además, estos datos los podemos organizar hasta convertirlos en información, susceptible de ser convertida en significado. Os presento un ejemplo que demuestra como un dato organizado y contextualizado aporta una información objetiva: “El gasto español público total en educación (% del PIB)  en el año 2010 era de un 5%”. Ahora bien, si queremos dotar de valor esta información primero será necesario compartirla y justo será en este proceso de transferencia donde cada individuo realizará una interpretación diferente a partir de una misma información. Esto es debido a que entran en juego e interfieren los valores personales y la experiencia acumulada de cada persona a la hora de analizar e interpretar una información. Por lo tanto, este último proceso de interpretación es el que nos permite convertir una mera información en conocimiento.

Una vez explicado esto nos planteamos ¿Cuál es pues el papel de la educación respecto a lo anterior?. A mi modo de pensar la educación debería de facilitar y estimular la construcción de conocimientos. Para determinadas personas el fenómeno de la sobreinformación puede llegar a reducir el papel del sistema educativo. En mi caso opino todo lo contrario, ante una sociedad con un boom informativo se hace aún más relevante la necesidad de un sistema educativo que ayude a sus individuos a construir conocimiento. Por tanto, las dos principales ideas que he querido transmitir con este centro de interés son por un lado, que la información no es conocimiento y por otro lado, que los profesionales de la educación han de ser el estímulo para la construcción de conocimiento.

A continuación, os quiero presentar un gráfico que muestra de manera más visual el proceso de construcción del conocimiento. 



Continuará…

Saida 


martes, 30 de septiembre de 2014

El centro educativo como organización que enseña y aprende

Estamos ante la última publicación del mes de Septiembre, y como en cualquier otra voy a presentaros un nuevo centro de interés, pero además llevo días queriendo compartir con vosotros una noticia… ¡y hoy es el día!.

Este martes tenemos como centro de interés “Los centros educativos”, concretamente trataremos de aplicar la teoría del aprendizaje organizativo, muy conocida en el ámbito empresarial,  a los centros escolares.

Quiero comenzar recordando el carácter organizacional de los centros educativos ya que éstos orientan su actividad hacia unos objetivos a partir de la acción coordinada y de la interacción de las personas que la constituyen. Pues bien, los centros educativos como cualquier otra organización se ven obligados a responder a las demandas de un entorno incierto e inestable, y probablemente éste es uno de sus grandes desafíos a nivel macro.  Por ello, a continuación, voy a pasar a presentar cuál es para mí la clave para que estos centros educativos afronten con éxito las variables y difíciles demandas del entorno.

Primeramente, uno de los grandes errores es concebir los centros educativos limitando su función al desarrollo del aprendizaje de sus educandos, olvidando por tanto que en éstos encontramos a profesionales que también necesitan continuar aprendiendo, ya que mediante este desarrollo profesional se podrá conseguir el autodesarrollo del centro. Estamos pues ante la necesidad de disponer de centros educativos que se configuren como organizaciones que aprenden, fomentando el aprendizaje organizativo y acercándose a las conocidas comunidades de aprendizaje.

Ahora bien, ¿qué proceso hemos seguir para hacer de un centro escolar una organización que aprende?. Para comenzar, debería de existir una aceptación compartida de visión de cambio y de necesidades presentes y futuras ya que únicamente así se logrará provocar un cambio en la cultura escolar. En esta primera etapa del proceso se requiere de espacios y tiempo para una primera autoevaluación colectiva del centro. Una vez se comparte una visualización de escenario futuro, el centro ha de activar programas de desarrollo que tengan como objetivo el incremento de las competencias profesionales. Concretamente, en esta última etapa del proceso adquiere especial importancia las relaciones entre los profesionales que integran el centro, ya que la interacción de los aprendizajes acaba convirtiéndose en potencial para la organización.


En definitiva, con el breve artículo de hoy quiero poner de manifiesto que los centros educativos al tratarse de instituciones dedicadas al aprendizaje además de formar y educar al alumnado desarrollando aprendizajes individuales, también deberían de realizar aprendizajes institucionales donde sean los centros los que aprendan. 



Como he mencionado al inicio quisiera antes de despedirme comunicaros que esta semana voy a empezar mi segunda etapa como universitaria cursando el Máster de Investigación en Educación, en la especialidad de Desarrollo y gestión de las organizaciones para el cambio. He querido compartir en el blog esta noticia porque pretendo poder transmitir y plasmar en mis posteriores artículos todo lo que vaya aprendiendo, ¡y además porque me tiene muy ilusionada!

Me despido…. y no lo olviden disfruten con sus rutinas, yo disfruto con la mía.

Saida

martes, 23 de septiembre de 2014

No toda la tecnología en el aula es innovación en educación

Quisiera que antes que empecéis a leer el artículo de hoy os paréis por unos segundos a reflexionar acerca del título de éste “No toda tecnología en el aula es innovación en educación”. Además, en la anterior temporada ya dediqué un post a escribir sobre esta misma temática, la cual considero que es merecedora de total interés. Pero esta vez quisiera ir un paso hacia delante, ya que la inmersión tecnológica en el sistema educativo no es ninguna novedad. Concretamente, el paso que quiero que demos es justo el que nos transporta de la dimensión TIC a la dimensión TAC.

Actualmente podemos consultar investigaciones que ponen de manifiesto que más del 80% de los centros escolares disponen de ordenadores con conectividad. Esta afirmación nos puede resultar muy positiva ya que nos hace imaginar que esta realidad nos ofrece la oportunidad de realizar tareas con diferentes recursos tecnológicos. Sin embargo, la introducción de tecnología (recursos e infraestructuras) en el aula no está comportando avances significativos en innovación educativa, es decir, los cambios en las prácticas de enseñanza son casi inexistentes. Por tanto, el reto no está en dotarnos al 100% de tecnología y disponer de aulas con numerosos dispositivos digitales, sino en ir más allá y saber qué hacer con éstos para garantizar resultados en el aprendizaje.

En mi opinión una de las razones por las que no obtenemos los cambios deseados es porque sin ser conscientes estamos cayendo en un “reduccionismo” centrando nuestra atención únicamente en las tecnologías en vez de fusionar lo tecnológico con lo pedagógico para mejorar la realidad educativa.  Por ejemplo, un error muy común es evaluar el impacto de estas tecnologías en base a la ratio de ordenadores por alumno, por ello también la relevancia de hacer uso de indicadores cualitativos y no únicamente cuantitativos. En consecuencia, la función docente en este contexto no ha de limitarse a la creación de presentaciones digitales para explicar el temario, sino más bien a la introducción de pequeños cambios en el proceso de enseñanza-aprendizaje.  No obstante, quiero destacar que cualquier cambio en educación necesita de perspectiva y de distanciamiento en el tiempo para hacerse visible.

Sin intención de detenerme demasiado quisiera señalar otros de los puntos que para mi dificultan el éxito en los resultados de las TAC en educación. A mi modo de ver, creo que existe un gran distanciamiento entre el discurso político en relación a las TIC y las prácticas en el aula. Por esta razón pienso que es un requisito fundamental hacer confluir en una misma dirección las políticas educativas y las necesidades reales en el sistema educativo, y esto se puede conseguir mediante indicadores que ayuden a la correcta definición de políticas. A su vez, esta realidad se ve agravada por la ausencia de debate en los centros educativos en torno a la definición de las políticas en TIC.

Como estáis observando mi objetivo con este artículo es haceros visibles los grandes obstáculos que el sistema educativo ha de hacer frente para que la tecnología se convierta en innovación. Siguiendo con mi propósito habría de señalar la falta de información en relación a los proyectos de innovación que se quieren implementar en los centros.  Así pues, antes de poner en práctica un proyecto es necesario realizar tareas previas como serian la recogida de documentación sobre prácticas exitosas, pudiendo así conocer y compartir las principales dificultades que se pueden encontrar, los resultados reales sobre las consecuencias en el aprendizaje, etc.

Como ya he mencionado al principio la inversión en tecnología no ha de porqué traducirse en innovación, de hecho existe un fenómeno “fatiga innovadora” el cual se caracteriza por un boom de innovación que puede acabar desmotivando y cansando al colectivo docente. Por todo esto, la inversión en tecnología ha de ir acompañada de otras inversiones que la refuercen como serian la formación al profesorado, el apoyo a los centros para ayudarlos a introducir experiencias de innovación, entre otras. Así pues, no nos olvidemos que un proceso de innovación requiere de compromiso, esfuerzo, suma de recursos, tiempo, etc.


Acabemos el artículo de hoy recordando que la esencia de las TAC en el aula no es otra que la oportunidad de disponer de ambientes de aprendizajes enriquecidos no únicamente por la tecnología sino por nuevas técnicas y metodologías didácticas que promueven un aprendizaje activo. Por lo tanto, apostemos por una adecuada y eficiente inversión en TAC, que por un lado apoye al profesorado a desempeñar su función docente y de investigación, y por otro al alumnado ayudándole a alcanzar sus objetivos de aprendizaje.


¡Me despido por hoy, hasta el próximo martes!
Saida

martes, 16 de septiembre de 2014

Los desafíos docentes en el inicio del curso escolar

Otro martes más regreso con un nuevo centro de interés, esta vez reflexionaremos y consideraremos unos de los cometidos, si no es el más importante si es el primero, del profesorado a la hora de dar inicio a su materia en el nuevo curso escolar. Personalmente, considero que existe el peligro de no valorar lo suficiente esta tarea lo que podría conllevar consecuencias negativas sobre el transcurso del curso y sobre los propios estudiantes. Por ello, a continuación voy a pasar a presentar una serie de actuaciones que nos ayudaran a evidenciar el impacto de la presentación de la materia en los primeros días de curso.

La primera actuación por parte del profesorado haría referencia a la creación de un buen clima en el aula ya desde el primer momento en que se da por iniciada la primera clase del curso. Así pues, existen diferentes recursos y técnicas a utilizar para garantizar percepciones positivas entre el docente y sus estudiantes, o incluso entre éstos últimos, ya que éstas pueden influir y condicionar a lo largo del curso.

Una segunda actuación a llevar a cabo en el primer día escolar es el intercambio de expectativas y creencias en torno a la materia. Para comenzar, es clave que el profesorado se interese en conocer qué noción y concepción tienen sus estudiantes de su asignatura para comprobar si sus respuestas van encaminadas o no con la realidad. De esta manera, aseguraremos que desde el primer momento los objetivos del curso quedan clarificados y son compartidos a nivel grupal. También es recomendable la realización de un acuerdo entre el docente y sus estudiantes con el fin que se establezcan roles y responsabilidades necesarias para el logro de los objetivos y propósitos para la superación de la materia. Además, en este punto también podríamos mencionar la importancia del rol activo de los estudiantes a la hora de planificar su aprendizaje pudiendo decidir en gran medida sobre el qué y cómo aprender.

La siguiente actuación a desarrollar adquiere especial relevancia al tratarse del conocimiento de los destinatarios de la acción formativa. Por esta razón, antes de comenzar a planificar el diseño curricular es necesario conocer el perfil del alumnado para disponer de informaciones tales como estudios previos, conocimientos relativos a la materia, necesidades presentes y futuras, expectativas formativas y profesionales, entre otras.

Una vez el profesorado ha realizado con éxito las anteriores actuaciones ya estará preparado para comenzar a diseñar la acción formativa incidiendo en aspectos como los objetivos de la asignatura, el método de enseñanza-aprendizaje, las técnicas evaluativas junto a sus correspondientes instrumentos y momento evaluativo. No obstante, esta tarea precisa de reflexión y tiempo ya que en un primer momento el docente ha de decidir qué modalidad de planificación curricular es la más adecuada en función de las conclusiones que ha extraído de las anteriores actuaciones. Probablemente, la elección del enfoque curricular sea uno de los retos más importantes para el profesorado y para ello ha de prestar especial atención tanto al colectivo destinatario como a la propia acción formativa, además de seguir criterios de flexibidad, pertinencia y adecuación entre otros. Además, no se puede obviar que cualquier diseño curricular ha de tener presente tres principios; validez ecológica para asegurar la transferencia de los aprendizajes, validez formativa de tal manera que los aprendizajes previos faciliten los nuevos y validez personal para promover el desarrollo personal.


Espero que con este artículo hayáis podido comprobar cómo el primer día de clases no es simplemente eso un primer día, sino que por el contrario es sumamente decisivo ya que funciona como guía para el resto de días del curso escolar. 



Saida

martes, 9 de septiembre de 2014

¡Afrontemos el regreso a la rutina!

En este segundo martes de septiembre, ¡El centro de interés está de vuelta!. No os podéis ni imaginar la alegría que siento de volver a estar otro martes más aquí con vosotros dando la bienvenida a una segunda temporada del blog. Espero que hayáis disfrutado de las tan deseadas vacaciones de verano y que os hayan servido para recargar pilas e iniciar el mes de septiembre con mucha energía. Sin embargo, estoy convencida que para algunos de vosotros ésta es una época en la que os cuesta reiniciaros a vuestra rutina, retomando antiguos hábitos abandonados durante el verano. Por este motivo, he decidido comenzar la nueva temporada del blog dedicando una primera entrada a este gran reto que tenemos por delante “Cómo afrontar el regreso a la rutina”.

Para comenzar, quiero matizar que he optado por utilizar el término “rutina” ya que con él me estoy refiriendo tanto a una rutina profesional, como escolar o personal. A continuación, voy a presentaros unas recomendaciones a valorar para así hacer frente al temible mes de septiembre que tan cuesta arriba se nos hace.

Aprovechando mi última expresión “cuesta arriba” voy a introducir el símil de unas escaleras ya que habremos de ir ascendiendo escalón por escalón hasta llegar a la puerta que nos conducirá a la superación de este reto. Concretamente, cada escalón hace referencia a una indicación- recomendación que nos facilitará el regreso a nuestra rutina, ¿Os animáis a subir la escalera?. ¡Vamos a ello!.

Las deseadas vacaciones de verano nos hacen percibir a simple vista la cara más atrayente de éstas con sus viajes, sus playas y un sinfín de otras maravillas que éstas conllevan. Pero no nos podemos dejar eclipsar por todo esto ya que a su vez estas vacaciones nos traen también la cara más amarga que no es otra que desacomodarnos a un estilo de vida  que sólo nos podemos permitir por un tiempo. Por esta razón, el primer escalón a ascender es el de “Aceptar” esta realidad con sus dos caras y entender las vacaciones de verano como una época de desconexión que es necesaria y que nos ayudará para retomar nuestro día a día con fuerzas renovadas. Una vez aceptamos y somos conscientes de esto, estamos preparados para subir el segundo escalón “Adoptar una actitud positiva”. Aquí radica la gran importancia de primero “Aceptar” para posteriormente ser capaces de afrontar nuestra rutina con optimismo. Seguramente el último mes previo a nuestras vacaciones sentíamos que no podíamos más y necesitábamos desconectar y liberarnos de todo el estrés acumulado. Por esto septiembre ha de ser un buen mes para comenzar con toda la energía y la buena vibra que justo nos hemos traído de nuestro verano. Así que no hay excusas, hemos de estar más que dispuestos a asumir con motivación los últimos meses del año.

El tercer escalón a subir lo he llamado la “Recuperación progresiva” de todas las actividades o hábitos que formaban nuestro rutina. Una vez llegados a esta altitud de la escalera es el momento de ir poniendo en práctica todo aquello que da sentido a  nuestra vida diaria. No obstante, quiero poner énfasis en “progresiva” ya que no podemos pretender en tan sólo un día habituarnos a una realidad opuesta a la que actualmente hemos estado llevando. Así pues, hemos de ser conscientes que todo cambio necesita de una planificación que nosotros mismos hemos de realizar para facilitar nuestra adaptación al nuevo contexto. Para acabar, simplemente hemos de subirnos al último escalón “Momento de nuevos retos” para finalizar con éxito el regreso a nuestra rutina. Personalmente, esta recomendación es sin duda una de las más importantes para conseguir mejorar en cualquier ámbito de nuestras vidas. Concretamente, hemos de asumir nuestra cotidianidad con una primera evaluación de ésta para así poder detectar lo que deseamos cambiar y/o corregir. A partir de esta evaluación podremos ser capaces de plantearnos pequeños cambios que hemos de ir introduciendo de manera progresiva.


Espero que estas recomendaciones os ayuden a afrontar el regreso a vuestra rutina.

¡Hasta el próximo martes!
Saida

martes, 8 de julio de 2014

¡Martes de despedida!

Este martes estamos de despedida… así es, después de medio año publicando casi cada semana El centro de interés dice adiós, ¡pero tranquilidad no se trata de un adiós definitivo sino más bien de un hasta pronto!.

Podía haber decidido directamente dejar de publicar hasta nuevo aviso, pero he preferido aprovechar la ocasión para mostrar con esta publicación lo satisfecha que me siento con este blog. Durante estos últimos seis meses, desde que inauguré El centro de interés, he intentado compartir con todos vosotros no únicamente mis conocimientos acerca de mi vocación, sino lo que considero más importante mis experiencias y mis creencias. Posiblemente este blog no posea una “apariencia 100% profesionalizadora “en todos sus sentidos y probablemente esto se pueda explicar porque creo que aun me queda mucho camino por recorrer como profesional de la Pedagogía. No obstante, sinceramente prefiero que El centro de interés adopte una orientación más cercana a todos los públicos sin necesidad de ser un entendido/a en este campo para ser lector del blog.

Además, quiero que sepáis que la ausencia temporal de nuevas entradas no implica que no vaya a estar durante este tiempo trabajando, al contrario prometo venir renovada, actualizada y motivada para traer nuevos centros de interés. Es más, estoy segura que este pequeño periodo vacacional va a ser muy positivo para todos.

Simplemente acabar agradeciendo a todos aquellos que habéis estado siguiendo cada martes El centro de interés, ya que vuestro interés en el blog motiva mis deseos de seguir con él. 


Saida

martes, 1 de julio de 2014

¡Comencemos a planificar nuestro verano!

¡Qué mejor que un martes para empezar con buen pie este mes de Julio!. El verano suele ser para la gran mayoría una de las mejores estaciones del año, sobre todo para los más pequeños ya que dan comienzo a sus deseadas vacaciones de verano. No obstante, para que nos vamos a engañar, el verano es también una época de preocupación para aquellos padres que no saben cómo planificarse para mantener a sus hijos ocupados y entretenidos.

Hay quienes aun piensan que estos meses son una gran “perdición” desde el punto de vista educativo, ya que se corre el peligro de perder los buenos hábitos/rutinas adquiridas durante la época escolar. Personalmente, pienso que tanto niños como adolescentes pueden disfrutar del verano y a su vez  aprender muchísimas otras cosas más allá de los aprendizajes curriculares.  En especial, con el centro de interés de esta semana quiero demostrar  como el verano puede resultar una perfecta época para el desarrollo integral de nuestros pequeños.

Una primera opción a valorar son los conocidos Centros de Esplai o escuelas de verano. Durante los últimos años estos centros han sido el gran reclamo de muchas familias, las cuales ven en éstos una alternativa para no dejar a sus hijos solos en casa mientras ellos han de trabajar. Sí que es verdad que esta es una de las ventajas de estos Esplais, pero también me gustaría mostrar el gran atractivo que éstos presentan y que no debemos obviar. Para comenzar, estos centros ofrecen diferentes servicios socioeducativos y culturales que tienen como principal objetivo el favorecer el desarrollo personal de niños y adolescentes. Además, en estos centros los más pequeños comienzan a descubrir sus intereses y habilidades a través de la realización de diferentes juegos, no solo lúdicos sino también educativos. Otro aspecto positivo de estos centros es la gran oportunidad que presentan a niños y adolescentes para la socialización con sus iguales, así pues aquí aprenden a trabajar en equipo, a compartir materiales, a cooperar para el éxito de una actividad y a tomar decisiones para el bien del grupo. Tampoco me gustaría pasar por alto las posibilidades que estas escuelas de verano ofrecen para fomentar la creatividad infantil a partir de talleres y dinámicas, donde los pequeños han de poner en práctica todos sus recursos y saberes. Por esta razón, pienso que estos centros o escuelas representan una forma inteligente de aprovechar el tiempo libre.

El verano también es un buen momento para que los niños comiencen a participar en las tareas del hogar y aprendan de la importancia de colaborar en casa. Este tema creo que es una cuestión que preocupa a muchas familias ya que muestran su enfado ante la pasividad de sus hijos hacia las tareas del hogar. Pues bien, creo que esta actitud adoptada por los pequeños de la casa puede verse modificada con ciertos cambios introducidos por los padres. Para comenzar, hemos de ser conscientes que cuanto más tarde introduzcamos estos cambios más difícil será conseguir un cambio de actitud, por ello hemos de intentar que desde bien pequeños aprendan el sentido de responsabilidad. Un primer cambio fundamental seria la manera de presentar la tarea a desarrollar, ya que el efecto no será el mismo si ésta es presentada como una orden o castigo (¡Ordena tu habitación o no verás la televisión!, o per el contrario como  una necesidad de colaboración (Por favor, ordena tu habitación que entre todos hemos de intentar dejar la casa bien). Lo que puede parecer un simple cambio en la manera de expresar un mismo cometido la predisposición a la acción puede incrementarse. De esta manera, si los padres buscan la colaboración de sus hijos es importante que éstos sean conscientes de su contribución pudiéndose sentir orgullosos de ellos mismos. Además, como ya todos sabemos en general las tareas del hogar no suelen ser del agrado ni de niños ni adolescentes, por esta razón los padres han de esforzarse por intentar introducir en la realización de la tarea elementos que los motiven, y a su vez acompañarlos y aconsejarlos durante su desarrollo.

Y no me gustaría acabar el artículo sin hacer alusión a los temidos “deberes de verano”, ya que estoy segura que no podéis olvidaros de aquellos cuadernillos infinitos que atormentaban nuestros maravillosos días de verano. Pues bien, sin querer extenderme demasiado en esta cuestión voy a poner de manifiesto mi opinión. Personalmente, no soy partidaria de los “deberes de verano” y la razón es porque creo que existen otras opciones mucho más provechosas y motivadoras para que los niños aprendan durante el verano, dejando por un tiempo la típica metodología tradicional académica. ¿Realmente no pensáis que vuestros hijos aprenden también poniendo en práctica aquello que han adquirido en la escuela y no únicamente mediante la realización de ejercicios mecánicos?. Así pues, no dudéis en compartir con vuestros pequeños excursiones al museo, al zoo, al mercado a comprar ya que estas experiencias pueden resultar más beneficiosas para ellos de lo que podríamos pensar.

Despido el centro de interés de este martes deseándoos un verano de lo más divertido lleno de infinitas oportunidades educativas.



Saida

martes, 24 de junio de 2014

Impulsando nuestras inteligencias: Los Programas de Estimulación Temprana

¿Nuevo martes nuevo centro de interés? Esta vez no va a ser así y os voy a explicar el porqué. La semana pasada cuando publiqué mi última entrada “Impulsando nuestras inteligencias: La estimulación temprana” tuve la sensación de no haber cumplido del todo mi propósito. Sinceramente, sabía que con una primera y única publicación era difícil profundizar en el tema, y más si antes era necesario delimitarlo conceptualmente. Así que, a estas alturas ya considero que estamos lo suficientemente preparados como para descubrir más acerca de los Programas de Estimulación temprana. ¡No perdamos tiempo y vayamos a ello!

Como ya comenté la semana pasada los Programas de Estimulación Temprana (PET) se componen y se organizan en diferentes fases. Así pues para obtener un adecuado programa previamente daríamos inicio a la fase de diagnostico a responsabilidad de profesionales. En esta fase un equipo multidisciplinar se encargará del diagnostico de las necesidades del niño en función de la etapa de su desarrollo, junto con el análisis de las diferentes aéreas (lenguaje, cognitiva, motora, y social/emocional) con el fin de detectar el área o aéreas menos desarrolladas. Además en esta fase también es importante que los profesionales pongan atención a las necesidades del contexto familiar ya que será aquí donde tendrá lugar en gran parte la aplicación del programa. La siguiente y segunda fase de diseño consiste en la elaboración y planificación por parte de los profesionales de la intervención. Es decir, a partir de toda la información recogida en la fase de diagnostico el equipo está lo suficiente preparado para diseñar el Programa de Estimulación, el cual está compuesto por diferentes sesiones cada una de ellas con sus correspondientes actividades y materiales. Así pues, en este momento es cuando se decide los objetivos, la durada e intensidad, los ritmos, el lugar de aplicación, entre otras cosas.

Las dos anteriores fases configurarían las fases previas al programa, y una vez llevadas a cabo podríamos dar paso a la fase de comunicación. Concretamente, en esta tercera fase los diferentes profesionales han de reunirse con la familia para transmitirle por un lado toda la información recogida y diseñada, y por otro lado ha de hacerla participe del programa. Por consiguiente, en esta reunión se crearan los diferentes compromisos de actuación buscando la corresponsabilidad para el éxito del programa. Esta tercera fase ha de dar continuidad a la fase de aplicación del programa, que como ya podemos imaginar tiene una gran relevancia ya que si las anteriores fases se han llevado con éxito las posibilidades de una correcta cuarta fase se incrementan. Hemos de saber que esta cuarta fase puede tener lugar únicamente en centros especializados cuando nos encontramos ante casos de necesidad terapéutica ya que son niños con altas deficiencias. No obstante, si únicamente se pretende proporcionar oportunidades de estimulación para facilitar el futuro aprendizaje el contexto de desarrollado acostumbra a ser el familiar, o depende del diagnostico se combinara sesiones terapéuticas en centros con preventivas en familia. De todos modos, durante esta fase de aplicación los encargados de ella han de seguir las pautas del programa intentando ofrecer al niño seguridad y confianza en la realización de las actividades a la vez que lo estimulan durante el trascurso de éstas. También es fundamental presentar las actividades de manera motivadora siempre en función de la edad del niño. Además no se puede obviar que durante esta fase es conveniente que los profesionales junto con la familia realicen reuniones de seguimiento, compartan preocupaciones y/o logros para así avanzar con éxito al objetivo final del programa. Para acabar, nos encontraríamos con la quinta y última fase de desenlace fundamentada en la observación final de los resultados obtenidos (logros y fracasos), la corroboración con los objetivos iniciales, y en caso que así se considerará el replanteamiento de nuevos objetivos en función de los no conseguidos.

Desde la creación de mi blog una de las ideas que siempre he querido transmitir es que la educación no es una tarea única del sistema educativo, ya que es una responsabilidad compartida entre diferentes agentes, adquiriendo un rol clave el sistema familiar. Recalco esta idea porque en los Programas de Estimulación Temprana la participación de la familia será un requisito para el éxito de éste. Concretamente, como hemos podido comprobar la participación de la familia se centra principalmente en la etapa de la aplicación del programa, ya que es en el ambiente familiar donde el niño está más relajado y posee más oportunidades para la estimulación.

A modo de conclusión final me gustaría poner de manifiesto y aclarar la siguiente idea. Durante estos dos artículos he estado escribiendo acerca de los Programas de Estimulación Temprana, pero en ningún momento he especificado la franja de edad que éstos engloban. La razón es porque creo que no debería de existir una edad límite para el desarrollo de nuestro potencial intelectual ya que como he dejado ver las actividades se han de adaptar a las particularidades de esa persona. No obstante, sí que es cierto que estos programas tienden a ir destinados a niños de 0-6 años ya que es el periodo más importante para el desarrollo de sus inteligencias debido a la gran plasticidad existente, conllevando una mayor asimilación de experiencias y sensaciones enriquecedoras.


¡Feliz semana!


Saida 

martes, 17 de junio de 2014

Impulsando nuestras inteligencias: La estimulación temprana

Otro martes más presento nuevo centro de interés, esta vez la estimulación temprana ocupará nuestro espacio y momento de reflexión. La razón por la que decidí escoger esta temática fue porque considero que existe una cierta incomprensión o tal vez una confusión en torno al propio concepto, comportando pues, conclusiones poco acertadas.  

La primera pregunta que lanzaría para abrir esta publicación seria “¿Qué entendemos por estimulación temprana?”, o lo que es lo mismo, “¿A qué nos referimos cuando hablamos de programas de estimulación temprana?”.  Antes de continuar leyendo os animo a que intentéis construir una definición de este concepto para que posteriormente comprobéis si vuestra definición se aleja y difiere demasiado de la que propone Glenn Doman como pionero en este campo.

Considero que presentar de primeras una “definición enciclopédica” de estimulación temprana carece de sentido, por lo que prefiero ir aportando diferentes ideas y/o características que nos permitan ir conociendo poco a poco este centro de interés para finalmente poder ser capaces de construir nuestra propia definición y opinión.  Así pues, comencemos diferenciando el término “temprana” del “precoz” ya que aparentemente pueden parecer similares pero al asociarlos con estimulación el significado varia. Por ello, quiero destacar que con la estimulación temprana no se pretende potenciar niños precoces adelantados respecto sus momentos neurológicos, sino que la idea es más bien proporcionar experiencias enriquecedoras siempre de acuerdo a sus etapas de desarrollo. Por lo tanto, con esto lo que se busca es asegurarnos que el niño dispone de experiencias previas que faciliten el posterior aprendizaje.

No obstante, un error muy común tanto de familias como de profesionales es creer que la sobrestimulación producirá niños con altas habilidades intelectuales, y por ello tienen la convicción que con niveles altos de estimulación pueden hacer de los más pequeños superdotados. Desde aquí muestro mi total desacuerdo con este pensamiento, ya que además hemos de saber que el constante sobrestímulo puede llegar a  aturdir y a saturar al pequeño provocando la pérdida de interés hacia la actividad que se esté llevando a cabo.

Pongámonos en el caso que nuestro objetivo es ayudar al crecimiento del cerebro de un niño, ya sea nuestro hijo o ya seamos nosotros sus educadores. Entonces, sin perder nunca que nuestro fin aquí es favorecer el desarrollo de su inteligencia global, ¿Cuáles serian los pasos que hemos de seguir para asegurar el éxito del proceso de estimulación?. Primeramente, no podemos desarrollar un programa de estimulación sin antes tener conocimiento de las etapas de desarrollo para posteriormente saber en cuál de ellas se encuentra nuestro pequeño. Una vez situados en la correspondiente etapa, hemos de analizar también las necesidades y el entorno en todos sus ámbitos (biológico, psico-social, emocional, familiar, escolar, cultural, etc.) ya que hemos de disponer de un programa especifico para ese niño.  Seguidamente, a la hora de diseñar las correspondientes actividades es fundamental que éstas proporcionen experiencias y oportunidades tanto desde la perspectiva cognitiva/intelectual, social/emocional como física. Así pues, nos aseguraremos que mediante el programa de estimulación trabajemos las ya conocidas inteligencias múltiples.


Doy por acabado el artículo de hoy esperando que vuestro abanico de conocimiento acerca de la estimulación temprana se haya incrementado, sin haber pretendido haceros expertos/as en la materia ya que ni yo me considero una de ellas. 



Saida