martes, 28 de enero de 2014

Los dos grandes pilares de la educación

Estamos acostumbrados a que ante un problema surgido durante la etapa de desarrollo del niño aparezca el rol del profesional ofreciendo su saber y ayuda, para así conseguir modificar posibles pautas desajustadas en el contexto familiar. No obstante, no somos conscientes que este hecho comporta la limitación de las competencias familiares, y lo que es lo peor acaba produciendo en la familia un sentimiento de incompetencia. Además, esta idea se ve reforzada cuando desde la propia escuela surgen una serie de prejuicios hacia las familias acusándolas de falta de interés en la educación de sus hijos.  En definitiva, el resultado final no es otro que la creación de un clima de desconfianza que imposibilita la colaboración entre estas dos grandes instituciones.

Una vez descrito el presente escenario nos podríamos formular el siguiente interrogante: ¿Hacia dónde habríamos de orientar nuestros esfuerzos y actuaciones para poder mejorar esta situación?. Primeramente, creo necesario alejarnos del típico “Modelo experto”, descrito anteriormente, donde solo el profesional dispone de los saberes para imponer sus decisiones,  y acercarnos más hacia un “Modelo partenaire”. ¿En qué se diferencia un modelo del otro?. Principalmente en que éste último se caracteriza por una relación de igualdad en la toma de decisiones, y por lo tanto en el reconocimiento recíproco de las competencias de todos los agentes que intervienen en el proceso educativo.

Otro aspecto a considerar es que posiblemente el concepto que se está contemplando de participación de las familias en las escuelas no sea del todo correcto. Concretamente, lo que quiero decir es que muchas veces acabamos confundiendo informar con comunicar. Las escuelas no facilitan la participación de las familias simplemente transmitiendo información, sino que han de  propiciar espacios para el intercambio de experiencias y así poder encontrar una coincidencia en objetivos y formas de actuación.

Por otro lado, también haría alusión al papel que han de realizar las escuelas y facultades que forman a nuestros docentes. Es decir, no simplemente los docentes han de estar capacitados para transmitir conocimientos a nuestros alumnos, sino que a su vez se les han de concienciar y formar sobre la importancia de disponer de competencias relacionales y de comunicación. Por consiguiente, conseguiremos que los docentes acepten y facilitan el papel de las familias en las escuelas.

Y para acabar, otro de los obstáculos que hemos de hacer frente son las actuales políticas laborales caracterizadas por extensas jornadas, ya que dificultan e imposibilitan la creación de puentes de relación entre familia y escuela. Y por si fuera poco, a su vez estas políticas limitan la interacción cotidiana entre las generaciones del grupo familiar.

Esta vez he preferido esperar al final del artículo para presentar el objetivo de éste, ya que pensé que sería más interesante que nosotros mismos fuéramos elaborando el mensaje a medida que avanzábamos en el artículo. Básicamente, la principal idea que he querido transmitir con esta publicación no es otra que para mejorar la educación es necesaria la colaboración entre la familia y la escuela. Por esta razón, es importante dar voz a todos los colectivos implicados en la educación del niño con el objetivo de poder construir juntos una realidad educativa. Y ya para finalizar, quiero acabar el artículo con una frase que creo que sintetiza bastante bien todo lo comentado anteriormente: “No se educa a una criatura, sino que las personas que le acompañan en este proceso se educan y se reeducan con ella construyendo una realidad comuna”.



Saida

martes, 21 de enero de 2014

Apostar por formación, apostar por el desarrollo

Estoy de vuelta con mi tercera publicación, la cual tiene como centro de interés la formación en las organizaciones. De primeras puede parecer un tema muy poco motivador, pero soy de esas personas que creo que todo según como se enfoque puede adquirir otra perspectiva, y eso es lo que quiero hacer con este artículo. Así pues a continuación, me planteo un doble reto, por un lado intentar hacer este tema más atrayente, y por otro lado transmitir la esencia principal de éste.

Comienzo haciendo una afirmación que puede resultar arriesgada y probablemente muchos de vosotros no estéis de acuerdo con ella “Detrás de cualquier organización habría de haber siempre un mismo objetivo”. Quizás penséis que es una cuestión relativa ya que para algunas organizaciones su objetivo podría ser aumentar las ventas, para otras incrementar su competitividad, para otras ser una marca líder y así un largo etcétera. De hecho estaría de acuerdo con todo ello, pero considero que detrás de todos estos objetivos más específicos siempre debería de estar el alcanzar el desarrollo organizacional. Personalmente, entiendo el desarrollo organizacional como un proceso de mejora continua enfocado a la consecución de los objetivos y resultados de la organización.

Las organizaciones para alcanzar este desarrollo organizacional necesitan disponer de profesionales capacitados y motivados que orienten sus esfuerzos al logro de los objetivos de la organización. Por esta razón, las organizaciones habrían de comenzar a considerar el factor humano como un recurso estratégico, ya que en gran parte el éxito de ésta dependerá del potencial de sus trabajadores. Por lo tanto, ¿no creéis que ante el actual contexto de crisis se convierte en todo un reto para las organizaciones el poder detectar el talento, potenciarlo y proyectarlo al futuro?.

La anterior pregunta nos conduciría a reconocer y valorar la Política formativa dentro de las organizaciones. Concretamente, la entiendo como el conjunto de acciones que nos permiten mejorar el capital humano consiguiendo así el desarrollo profesional, el cual nos llevaría a alcanzar los objetivos de la organización, y a su vez, el esperado desarrollo organizacional. No obstante, aunque estemos considerando la formación como un factor de desarrollo estratégico muchas organizaciones continúan sin contemplarla. Así pues, ¿En qué se está fallando? O más bien diría, ¿Qué estamos pasando por alto?.

Para acabar con el artículo voy a intentar dar respuesta a este interrogante. Personalmente, considero que las organizaciones necesitan ver la formación como una inversión empresarial. Por esta razón, es indispensable el poder demostrar su pertinencia y rentabilidad evidenciando la contribución real de la formación a los resultados de la organización. En definitiva, si realmente queremos comenzar a considerar la formación como una oportunidad de mejora es necesario que las organizaciones realicen evaluaciones de impacto con el fin de hacer visibles los beneficios de la formación.




Saida

martes, 14 de enero de 2014

Educar con o sin límites

Hace unos días asistí a una formación que giraba en torno a los límites a la hora de educar. La sensación que tuve al finalizarla fue de necesitar más información para acabar de completar mis vacios de conocimiento, y así finalmente poder construir mi propia opinión acerca de esta temática. Además, quise indagar ya que hoy en día tanto los educadores como las propias familias demandan conocer acerca de este asunto, convirtiéndose éste en una materia de actualidad y de interés. Así que aquí estoy para intentar con este artículo no prepararles para ser expertos en el tema, sino más bien para mostrarles las que serian para mí las ideas principales de este centro de interés: Los límites para educar.

Probablemente muchos de vosotros dudáis o hasta negáis que los límites sean necesarios para educar. Por este motivo, podríamos comenzar formulándonos la siguiente pregunta:¿Son necesarios los límites para educar?. Personalmente, mi respuesta es afirmativa ya que creo que sin la presencia de éstos el niño se encontraría desorientado. Es decir, el principal objetivo de los límites no es otro que contribuir a un estado de equilibrio y espacio de seguridad en la infancia. Llegados a este punto, me gustaría poner énfasis en la importancia de no asociar ni relacionar límite con manifestación de cierta forma de violencia, ya que son conceptos totalmente diferentes. Por lo tanto, educamos con límites no con violencia.

Para continuar avanzando y descubriendo acerca de los límites nos podríamos plantear un segundo interrogante, ¿Cómo gestionar correctamente estos límites?. Seguramente, penséis que esta pregunta nos conduce a la gran y complicada solución, y os estaríais equivocando en cuanto a lo de complicada ya que a veces lo aparentemente complejo resulta más fácil de lo que jamás habíamos pensado. Simplemente para gestionar los límites de manera eficaz  hemos de crear y comunicar límites claros, concretos y concisos ya que no hemos de olvidar que éstos van dirigidos a niños. Por este motivo, las criaturas necesitan conocer específicamente qué esperamos de su comportamiento, ya que por ejemplo la típica frase “pórtate bien” puede resultar muy ambigua para éstas.

Y ya para finalizar con el artículo, quiero comentar otro aspecto que considero de relevancia a la hora de trabajar los límites. Concretamente, ante una situación en dónde la conducta del niño ha sobrepasado el límite es importante como educadores establecer una consecuencia para hacerlo consciente que su comportamiento no ha sido el correcto. No obstante, lo verdaderamente clave es que ésta esté vinculada con la conducta negativa que ha mostrado el niño en ese mismo momento. Por ejemplo, pongámonos en el caso que nos encontramos ante una situación de falta de interés en las tareas escolares y nuestro objetivo es actuar para mejorar esta conducta. En este contexto de nada servirá eliminar una serie de privilegios que no guardan relación con el comportamiento que manifestó el niño, de este modo la consecuencia tendrá que incidir directamente en la problemática descrita.



¡Espero que les haya gustado!


Saida

martes, 7 de enero de 2014

Si crees que puedes, podrás.

Aquí estoy de vuelta con mi primer artículo del blog, el cual tiene como centro de interés… Las entrevistas de trabajo. He decidido escribir sobre esta temática ya que considero que es un asunto que a nivel social preocupa llegando hasta el punto de temerla. Por este motivo, voy a intentar mediante el artículo expresar no mi opinión acerca de las entrevistas de trabajo, sino más bien mostrar cual seria para mí el aspecto clave para afrontarla con éxito.

¿Agobiados de intentar memorizar para llevar a la práctica los conocidos “tips milagros” ante la entrevista de trabajo?, es más, ¿Quién no está cansado de escuchar la famosa frase “Ya le llamaremos”?, o tal vez de esperar esa llamada que finalmente nunca llega, y lo que es lo peor nos acaba creando una sensación de fracaso personal. Si os habéis visto ante estas situaciones creo que ha llegado el momento de plantearse un cambio ante vuestra entrevista de trabajo.

Para comenzar, uno de los requisitos más importantes, y que muchas veces se pasa por alto, es la actitud con la que afrontáis esta última fase del proceso de selección. Si realmente se quiere triunfar tenéis que creer en este triunfo. Así que, es necesario que empecéis a ser conscientes de vuestras competencias profesionales para así poder valorarlas. Además, si vosotros mismos no os consideráis capaces y válidos para un puesto, ¿cómo vais a transmitirle al entrevistador que sí lo sois?.

Por esta razón, es importante que como profesionales en vuestro ámbito comencéis a autoanalizaros con el fin de conseguir un mejor conocimiento de vosotros mismos, ya que esto os puede hacer destacar respecto el resto de candidatos. De esta manera, podréis saber con antelación si vuestras competencias se ajustan a las que requiere el puesto de trabajo, y si es así presentaros con una actitud positiva a la entrevista.

Para acabar con el artículo, me gustaría resumir la idea principal de éste y no es otra que hemos de comenzar a cambiar nuestra actitud y plantearnos cada entrevista como una oportunidad, la cual hemos de vivirla de la mejor manera y de forma positiva.

¡Hasta la próxima entrada!

 Saida

viernes, 3 de enero de 2014

¡Mi bienvenida a este mundo!

Para comenzar, voy a presentarme… Me llamo Saida, tengo 22 años y soy Graduada en Pedagogía.
Llegó el momento de estrenar este blog y que mejor ocasión que iniciando el año. ¡Feliz 2014!.
La idea de escribir un blog la he tenido en mente durante estos últimos años, pero porque sé que conlleva una gran responsabilidad y dedicación he preferido esperar a acabar mis estudios para centrarme al 100% en este proyecto. Además, si os soy sincera siempre me ha faltado ese pequeño impulso que necesitaba para entregarme en completo a un blog. Pero ahora me siento preparada, tanto profesionalmente como personalmente, así que espero no defraudaros.
El enfoque que tendrá este blog será pedagógico, es decir, os iré mostrando a partir de mis escritos mi opinión acerca de diferentes temáticas educativas y formativas. Probablemente, no todos estéis de acuerdo con todo lo que escribo, es mas no pretendo eso, por eso estaré encantada de recibir vuestras opiniones ya que creo que todos podemos aprender de todos. ¡Así que adelante las críticas constructivas!.
Quizás os estéis preguntando el porqué del título del blog, pues he de decir que fue como una iluminación y desde un principio supe que sería el definitivo. Especialmente, lo que quiero reflejar con el título es la esencia que tendrá este blog ya que como os he dicho mis escritos giraran entorno a diferentes temáticas/ centros de interés.
Para acabar, quiero decir que espero estar a la altura de vuestras expectativas y que intentaré publicar lo antes posible una nueva entrada, la cual se convertirá en mi primer artículo de este blog.

Saida