Estamos ante la última publicación del mes de
Septiembre, y como en cualquier otra voy a presentaros un nuevo centro de
interés, pero además llevo días queriendo compartir con vosotros una noticia… ¡y
hoy es el día!.
Este martes tenemos como centro de interés “Los
centros educativos”, concretamente trataremos de aplicar la teoría del aprendizaje organizativo, muy
conocida en el ámbito empresarial, a los
centros escolares.
Quiero comenzar recordando el carácter organizacional de los centros educativos ya que éstos
orientan su actividad hacia unos objetivos a partir de la acción coordinada y
de la interacción de las personas que la constituyen. Pues bien, los centros
educativos como cualquier otra organización se ven obligados a responder a las
demandas de un entorno incierto e inestable, y probablemente éste es uno de sus
grandes desafíos a nivel macro. Por
ello, a continuación, voy a pasar a presentar cuál es para mí la clave para que
estos centros educativos afronten con éxito las variables y difíciles demandas
del entorno.
Primeramente, uno de los grandes errores es
concebir los centros educativos limitando su función al desarrollo del
aprendizaje de sus educandos, olvidando por tanto que en éstos encontramos a
profesionales que también necesitan continuar aprendiendo, ya que mediante este
desarrollo profesional se podrá conseguir el autodesarrollo del centro. Estamos
pues ante la necesidad de disponer de centros educativos que se configuren como
organizaciones que aprenden, fomentando el aprendizaje
organizativo y acercándose a las conocidas comunidades de aprendizaje.
Ahora bien, ¿qué proceso hemos seguir para hacer
de un centro escolar una organización que aprende?. Para comenzar, debería de
existir una aceptación compartida de visión
de cambio y de necesidades presentes y futuras ya que únicamente así se
logrará provocar un cambio en la cultura
escolar. En esta primera etapa del proceso se requiere de espacios y tiempo
para una primera autoevaluación colectiva del centro. Una vez se comparte una
visualización de escenario futuro, el
centro ha de activar programas de
desarrollo que tengan como objetivo el incremento de las competencias
profesionales. Concretamente, en esta última etapa del proceso adquiere
especial importancia las relaciones entre los profesionales que integran el
centro, ya que la interacción de los aprendizajes acaba convirtiéndose en potencial
para la organización.
En definitiva, con el breve artículo de hoy quiero
poner de manifiesto que los centros educativos al tratarse de instituciones
dedicadas al aprendizaje además de formar y educar al alumnado desarrollando aprendizajes individuales, también deberían
de realizar aprendizajes institucionales
donde sean los centros los que aprendan.
Como he mencionado al inicio quisiera antes de
despedirme comunicaros que esta semana voy a empezar mi segunda etapa como
universitaria cursando el Máster de Investigación en Educación, en la especialidad
de Desarrollo y gestión de las organizaciones para el cambio. He querido
compartir en el blog esta noticia porque pretendo poder transmitir y plasmar en
mis posteriores artículos todo lo que vaya aprendiendo, ¡y además porque me
tiene muy ilusionada!
Me despido…. y no lo olviden disfruten con sus
rutinas, yo disfruto con la mía.
Saida