¡Vuelvo otro
martes más! Siento mi ausencia la semana pasada pero por motivos personales no pude
publicar nueva entrada. Vamos a empezar este mes de diciembre con un centro de
interés que personalmente concentra toda mi atención, sobre todo en la época en
la que nos encontramos de finalización de un primer periodo escolar: Las reuniones entre profesorado.
Estoy convencida
que la mayoría de vosotros habéis oído hablar de estas reuniones, pero pocos
conocen la verdadera significación de éstas. Por eso, voy a dedicar este martes
no únicamente a caracterizarlas sino a exponer los efectos que pueden generar
en la dinámica del centro escolar y de las propias aulas.
En líneas
generales podríamos definir las reuniones entre el equipo docente como aquellas
que permiten el encuentro de todos los profesores de un centro educativo con el
fin de sumar sus esfuerzos y conseguir un determinado objetivo. Ésta no es una
“definición de manual” ni mucho menos, simplemente nos permite entrever su
singularidad. No obstante, a mi modo de pensar no todo encuentro entre el profesorado
merece ser catalogado como reunión, ya que aquí destacaría una idea clave; las
reuniones están orientadas a la consecución de metas organizacionales. De esta manera, obviamos de la definición
todos aquellos agrupamientos fortuitos sin planificación
previa que no persiguen el desarrollo del centro.
Personalmente existen
determinados momentos que requieren la convocatoria de una reunión de
profesorado y esos serian al inicio y al final de los periodos- trimestres
escolares. Concretamente, las reuniones
iniciales tienen un carácter de diagnóstico ya que buscan conocer la
situación actual para seguidamente a partir de las opiniones del equipo llegar
a acuerdos para marcar objetivos de actuación. En cambio, las reuniones finales, como sería el caso
en este momento, disponen de un carácter evaluativo ya que se recuerdan los
objetivos de actuación para determinar si se están logrando y si así fuera
necesario tomar las medidas oportunas.
Todo centro educativo
que quiera realizar reuniones productivas ha de saber que no basta con llegar a
acuerdos en éstas, sino que posteriormente se necesita del trabajo en equipo para consolidar el éxito de las actuaciones. Además,
estas reuniones no tendrían sentido en su práctica si no se permite la participación de todos y cada uno de
sus integrantes, pero para ello puede ser clave la figura de un moderador que garantice la efectividad de los debates
en la reunión.
Doy por acabado
el centro de interés de hoy, pero quiero decir que aunque el presente tema
pueda parecer que escasee de relevancia detrás de estas reuniones hay mucho por
descubrir y mejorar.
Saida
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