martes, 24 de junio de 2014

Impulsando nuestras inteligencias: Los Programas de Estimulación Temprana

¿Nuevo martes nuevo centro de interés? Esta vez no va a ser así y os voy a explicar el porqué. La semana pasada cuando publiqué mi última entrada “Impulsando nuestras inteligencias: La estimulación temprana” tuve la sensación de no haber cumplido del todo mi propósito. Sinceramente, sabía que con una primera y única publicación era difícil profundizar en el tema, y más si antes era necesario delimitarlo conceptualmente. Así que, a estas alturas ya considero que estamos lo suficientemente preparados como para descubrir más acerca de los Programas de Estimulación temprana. ¡No perdamos tiempo y vayamos a ello!

Como ya comenté la semana pasada los Programas de Estimulación Temprana (PET) se componen y se organizan en diferentes fases. Así pues para obtener un adecuado programa previamente daríamos inicio a la fase de diagnostico a responsabilidad de profesionales. En esta fase un equipo multidisciplinar se encargará del diagnostico de las necesidades del niño en función de la etapa de su desarrollo, junto con el análisis de las diferentes aéreas (lenguaje, cognitiva, motora, y social/emocional) con el fin de detectar el área o aéreas menos desarrolladas. Además en esta fase también es importante que los profesionales pongan atención a las necesidades del contexto familiar ya que será aquí donde tendrá lugar en gran parte la aplicación del programa. La siguiente y segunda fase de diseño consiste en la elaboración y planificación por parte de los profesionales de la intervención. Es decir, a partir de toda la información recogida en la fase de diagnostico el equipo está lo suficiente preparado para diseñar el Programa de Estimulación, el cual está compuesto por diferentes sesiones cada una de ellas con sus correspondientes actividades y materiales. Así pues, en este momento es cuando se decide los objetivos, la durada e intensidad, los ritmos, el lugar de aplicación, entre otras cosas.

Las dos anteriores fases configurarían las fases previas al programa, y una vez llevadas a cabo podríamos dar paso a la fase de comunicación. Concretamente, en esta tercera fase los diferentes profesionales han de reunirse con la familia para transmitirle por un lado toda la información recogida y diseñada, y por otro lado ha de hacerla participe del programa. Por consiguiente, en esta reunión se crearan los diferentes compromisos de actuación buscando la corresponsabilidad para el éxito del programa. Esta tercera fase ha de dar continuidad a la fase de aplicación del programa, que como ya podemos imaginar tiene una gran relevancia ya que si las anteriores fases se han llevado con éxito las posibilidades de una correcta cuarta fase se incrementan. Hemos de saber que esta cuarta fase puede tener lugar únicamente en centros especializados cuando nos encontramos ante casos de necesidad terapéutica ya que son niños con altas deficiencias. No obstante, si únicamente se pretende proporcionar oportunidades de estimulación para facilitar el futuro aprendizaje el contexto de desarrollado acostumbra a ser el familiar, o depende del diagnostico se combinara sesiones terapéuticas en centros con preventivas en familia. De todos modos, durante esta fase de aplicación los encargados de ella han de seguir las pautas del programa intentando ofrecer al niño seguridad y confianza en la realización de las actividades a la vez que lo estimulan durante el trascurso de éstas. También es fundamental presentar las actividades de manera motivadora siempre en función de la edad del niño. Además no se puede obviar que durante esta fase es conveniente que los profesionales junto con la familia realicen reuniones de seguimiento, compartan preocupaciones y/o logros para así avanzar con éxito al objetivo final del programa. Para acabar, nos encontraríamos con la quinta y última fase de desenlace fundamentada en la observación final de los resultados obtenidos (logros y fracasos), la corroboración con los objetivos iniciales, y en caso que así se considerará el replanteamiento de nuevos objetivos en función de los no conseguidos.

Desde la creación de mi blog una de las ideas que siempre he querido transmitir es que la educación no es una tarea única del sistema educativo, ya que es una responsabilidad compartida entre diferentes agentes, adquiriendo un rol clave el sistema familiar. Recalco esta idea porque en los Programas de Estimulación Temprana la participación de la familia será un requisito para el éxito de éste. Concretamente, como hemos podido comprobar la participación de la familia se centra principalmente en la etapa de la aplicación del programa, ya que es en el ambiente familiar donde el niño está más relajado y posee más oportunidades para la estimulación.

A modo de conclusión final me gustaría poner de manifiesto y aclarar la siguiente idea. Durante estos dos artículos he estado escribiendo acerca de los Programas de Estimulación Temprana, pero en ningún momento he especificado la franja de edad que éstos engloban. La razón es porque creo que no debería de existir una edad límite para el desarrollo de nuestro potencial intelectual ya que como he dejado ver las actividades se han de adaptar a las particularidades de esa persona. No obstante, sí que es cierto que estos programas tienden a ir destinados a niños de 0-6 años ya que es el periodo más importante para el desarrollo de sus inteligencias debido a la gran plasticidad existente, conllevando una mayor asimilación de experiencias y sensaciones enriquecedoras.


¡Feliz semana!


Saida 

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