martes, 25 de marzo de 2014

Digamos adiós a la “generación perdida” (2)

Como ya anuncié, el artículo de hoy va a ser la continuación del pasado adoptando, por tanto, el mismo centro de interés, eso sí esta semana desde otra perspectiva. El martes pasado escribí acerca del importante rol que ha de desempeñar el sistema educativo ante las dificultades de los jóvenes para insertarse en el mercado de trabajo. Pues bien, hoy vamos a focalizar la atención en relación al otro subsistema que ya mencione “El mercado laboral”.

Para poder opinar acerca de este tema necesitamos disponer de una serie de informaciones que nos faciliten la toma de decisiones. Comenzaríamos preguntándonos qué demanda el mercado de trabajo, es decir, qué priorizan las empresas a la hora de contratar a personal. La semana pasada presente una tabla con las principales competencias para la empleabilidad, pero no nos engañemos disponer de éstas puede facilitar la inserción en el mercado de trabajo pero no la asegura. Diversos estudios han demostrado que en la actualidad la gran solicitada por las empresas es LA EXPERIENCIA. La principal consecuencia de esta realidad es evidente: Desempleo juvenil.

Si intentamos conocer en detalle la situación actual nos encontramos ante un círculo vicioso difícil de destruir, el cual convierte a los jóvenes en un perfil de vulnerabilidad. Ahora me dirijo especialmente a los jóvenes, ¿Cuántos de vosotros no habéis escuchado la típica frase del director de empresa-entrevistador “Lo sentimos, necesitamos a gente con más experiencia”? Entonces, en ese momento uno piensa  “Como voy a disponer de más experiencia si no me dais la oportunidad de adquirirla”, pero no te atreves a verbalizarla ya que sabes que esa persona puede pensar “Que te de otro la oportunidad”. En definitiva, como afectada directa de esta situación no tenga otra palabra para describirla que no sea lamentable.

A continuación, sí que me gustaría dirigirme al conjunto de personas encargadas de reclutar y seleccionar al personal. Sinceramente, considero que más allá de la experiencia en el puesto de trabajo, la cual es de valorar, hay muchas más competencias que se han de apreciar. Probablemente muchas empresas cuyas plantillas están formadas por personas mayores de 30 años necesiten perfiles más jóvenes que aporten otras cualidades. De hecho, existen diversos estudios que muestran que el segmento de población de 20-25 años se caracteriza por una alta flexibilidad y adaptación, dos competencias clave en la actualidad. Además, otras aptitudes que determinan a los jóvenes son su mayor motivación, innovación y dinamismo. Por esta razón, creo que es necesario dotarse de profesionales en función del perfil del cargo a desempeñar y no por conceptos que limitan como la edad o la experiencia.

No me gustaría acabar el artículo sin hacer referencia a una cuestión significativa. Hasta ahora hemos considerado el desempleo juvenil como el principal resultado-consecuencia del hecho de no encontrar trabajo por no disponer de experiencia suficiente, y del no poder acumular experiencia por no tener trabajo. No obstante, esta realidad comporta otras situaciones que la agravan ya que la falta de oportunidades laborales para los jóvenes acaba afectando negativamente tanto a sus aspiraciones profesionales como a las consideradas cualidades de éstos (reducción de sus motivaciones, pérdida de entusiasmo, etc.).


¡Apostemos por los jóvenes talentos!



Saida

2 comentarios: